El Ayuntamiento de Guadalajara ha renovado un convenio de colaboración con la Asociación Católica Internacional de Servicios a la Juventud Femenina (Acisjf) que, dotado con 30.000 euros, tiene como objetivo «apoyar a menores y jóvenes en situación de vulnerabilidad a través de programas de refuerzo educativo, acompañamiento emocional, formación en valores y acceso a actividades saludables».
Según se informa desde la Plaza Mayor, «cada año, Acisjf atiende a cerca de un centenar de jóvenes en Guadalajara, ofreciendo una respuesta integral a los desafíos que enfrentan muchos de ellos, como el abandono escolar y la exclusión social».
La alcaldesa, Ana Guarinos, y la presidenta de Acisjf, María Pilar Rojo, han rubricado este acuerdo, «que renueva un compromiso y representa mucho más que una colaboración administrativa; es una alianza entre instituciones y sociedad civil para proteger lo más valioso que tenemos, el futuro de nuestros jóvenes».
Guarinos ha agradecido especialmente la labor de Acisjf, y de todo su equipo, subrayando que «educar no es solo enseñar contenidos, es escuchar, orientar y formar personas».
Una asociación nacida en el siglo XIX
La ACISJF, con sede central en la ciudad suiza de Ginebra, fue la primera asociación católica internacional femenina. Se creó en Friburgo, en el país helvético, en 1897 y por iniciativa de Louise de Reynold, con el fin de responder a las necesidades de la juventud femenina que, a causa de los cambios de la sociedad, «se encontró viviendo lejos de su entorno familiar».
Según se puede leer en laguna web católica, la entonces llamada Asociación Católica Internacional de Protección de la Joven, en el plazo de un año extendió su red desde Rusia a los Estados Unidos de América y, en 1910, contribuyó sustancialmente a la creación de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas. Tras la Segunda Guerra Mundial, perdió el contacto con Europa Central y Oriental, que no se reanudó hasta 1991, y se expandió hacia América Latina y África. El nombre actual se adoptó en 1964.
Ya reconocida por la Santa Sede, el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la Association Catholique Internationale de Services pour la Jeunesse Féminine como asociación internacional de fieles el 26 de abril de 2007. Como ONG, está representada en la ONU, la UNESCO y el Consejo de Europa.
El objetivo de la asociación sigue siendo «la promoción integral de las jóvenes que viven fuera de su entorno familiar o que no lo tienen», jóvenes que son acogidas «para integrarse en la vida y en la sociedad lo mejor posible, sin distinción de raza o nacionalidad, y respetando su cultura y religión».
Entre sus servicios hay albergues para jóvenes trabajadoras, mujeres jóvenes con dificultades, madres solteras, estudiantes, mujeres inmigrantes; servicios de información y orientación; colocación de jóvenes “au pairs” en familias; alfabetización, apoyo escolar; centros culturales y deportivos; talleres de formación profesional y cursos de idiomas para inmigrantes.