Bernardino Buendía tenía exactamente 29 años y un día cuando ingresó en el campo de concentración de Gusen el 17 de febrero de 1941. Llegaba desde Mauthausen, donde había permanecido 22 días a la espera de destino definitivo. Y Gusen lo fue, pero en todos los sentidos posibles. El 24 de marzo de 1942, este joven alcarreño perdía la vida sin poder volver a ver nunca más su Sacedón natal ni a sus padres. Era el preso 9.844 de Gusen.
Más suerte corrió Fernando Checa, natural de Olmeda de Cobeta, que ingresó en Mathausen el 8 de septiembre de 1940 con solo 22 años. Él sí seguía vivo cuando Mathausen fue liberado por las tropas aliadas el 5 de mayo de 1945. Gracias a eso, hasta nuestros días han llegado muchos más datos sobre cómo acabó siendo víctima del horror nazi en un campo de concentración.
Sabemos que cruzó a Francia durante el éxodo republicano de febrero de 1939, que se reencontró con su primo Sebastián en territorio galo y que ambos fueron reclutados por las tropas aliadas para trabajar en la fortificación de la Línea Maginot. Sabemos que ambos cayeron presos en el frente del Este, que pasaron por un campo de prisioneros antes de llegar a Mathausen y que Fernando trabajó en una cantera y en las cocinas del campo de concentración antes de ser liberado.
Sabemos que tuvo suerte de sobrevivir, porque solo 17 de los 201 prisioneros que integraban su convoy salieron con vida del infierno de las fosas comunes, el frío, el hambre y las infecciones.
132 DEPORTADOS DE 73 MUNICIPIOS: 88 MURIERON
Las de Bernardino y Fernando son dos de las historias de alcarreños deportados a campos de concentración nazis que se recordaron y homenajearán este domingo, 15 de junio, en el Parque de la Concordia de Guadalajara. El lugar es el mismo en el que, ya en 2021, se instaló un monolito en memoria de todos los vecinos víctimas del nazismo. El día, el momento exacto en que se cumplían 80 años de la liberación de estos centros de detención, represión política, trabajos forzados y, en los peores casos, de exterminio.
A ellos fueron deportados 9.161 republicanos españoles, de los que 862 eran originarios de lo que ahora conocemos como Castilla-La Mancha. Además, conocemos también el número de presos naturales de municipios de la provincia de Guadalajara (82 por entonces, que ahora se corresponden con 73 corporaciones municipales).
El censo fue presentado días pasados por el Consejo Asesor de Memoria Democrática de Castilla-La Mancha, en el que está representada la Universidad de Alcalá (UAH), junto a la Diputación Provincial de Guadalajara y el Foro por la Memoria de Guadalajara. Según dicho estudio, el número total de deportados guadalajareños fue de 132. A 88 de ellos, como a Bernardino, les tocó la cruz: fallecieron en un momento u otro entre diciembre de 1940 y febrero de 1945. Los otros 44, como Fernando, vivieron para contarlo, aunque fuera desde la amargura del exilio, en la larga travesía del franquismo.
“Desde el pasado mes de mayo, este censo de Guadalajara se ha integrado en el Censo de Deportados Castellanomanchegos que se puede consultar online y en abierto”, explicó Verónica Sierra, profesora de la Universidad de Alcalá y directora del Consejo Asesor, durante el acto en el que se presentó tanto esta iniciativa como el homenaje del 15 de junio.
LA AMICAL DE MAUTHAUSEN Y OTROS CAMPOS, FUENTE PRINCIPAL DEL CENSO
La aportación de la UAH al censo final ha sido la de cotejar, comprobar y organizar los datos recogidos, pero la información principal ha sido proporcionada por la Delegación de Castilla-La Mancha de la Amical de Mauthausen y otros campos y el Foro ha proporcionado también datos relativos a Guadalajara.
Junto a ella, participaron en el acto el delegado de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Fernández-Montes, y la diputada delegada de Cultura y Folclore, Sabrina Escribano; así como Xulio García Bilbao, portavoz del Foro por la Memoria de Guadalajara.
“Estamos convencidos de que actos como este son justos, necesarios y convenientes en el seno de una sociedad democrática como lo es la nuestra”, afirmó igualmente Sierra durante su intervención.

La propia profesora, que dirige los proyectos que se desarrollan en el marco del convenio suscrito entre la UAH y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para el desarrollo de actuaciones en materia de memoria democrática tanto en el conjunto de la región como en la provincia de Guadalajara, desgranó otras cifras clave del censo.
Por ejemplo, que en los pueblos guadalajareños afectados por las deportaciones hubo de media 1 o 2 casos, pero las cifras fueron significativamente superiores en una decena de municipios. Así, en Guadalajara se han censado 14 casos; en Sacedón, 6; mientras que en Almoguera, Anguita, Chiloeches, Hiendelaencina, Sigüenza, Tartanedo o Yunquera de Henares se han contabilizado 3 o 4 deportaciones.
En cuanto a los campos de concentración a los que fueron deportados más personas originarias de la provincia, destacan los de Gusen (75), Mauthausen (31) y Dachau (10).
“Esto es una investigación que sigue viva y estamos corrigiendo datos continuamente”, advirtió García Bilbao. “Por eso es fundamental que estén en una página web y que se difunda, porque cada dato recuperado es una victoria, y detrás de cada nombre y de cada cifra hay una vida”, añadió, para destacar a continuación la necesidad de reunir fotos para poder ponerles cara en la web a cada una de las 132 víctimas de la provincia, ya que solo se han conseguido 8.
“A medida que nos alejamos de estos hechos históricos, empieza a difuminarse la verdad y necesitamos hacer llegar a las generaciones venideras lo que ocurrió, lo que no debiera haber ocurrido y lo que deberíamos aprender de estas situaciones”, argumentó Ángel Fernández. “Por eso, necesitamos una sociedad respetuosa con el pasado, que apueste por la convivencia y que tenga en cuenta que la diversidad de los pueblos es una riqueza”, añadió.
Palabras en la Concordia
El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, ha reclamado que para evitar que se repitan «las atrocidades del Holocausto» que «no se ceda espacios de poder en ningún ámbito a quienes hoy tienen discursos del odio».
Lo ha dicho en el cierre del acto en el Parque de la Concordia de Guadalajara.
«Para evitar repetir la historia y que vuelvan a suceder estas atrocidades», ha dicho Bellido en referencia al Holocausto, «es necesario que hoy no se ofrezca a quienes tienen discursos de odio espacios de poder en ningún ámbito», en referencia al ingreso de formaciones y dirigentes con estas narrativas en los gobiernos de diferentes ámbitos de la administración a través de pactos.
Y ha añadido que «todos los demócratas convencidos de defender los derechos humanos lo debemos hacer en todos los lugares del mundo», punto en el que ha introducido «un recuerdo especial para quienes hoy sufren el genocidio en Gaza».
En su discurso, ante familiares de personas deportadas de Guadalajara a campos de concentración nazis, Bellido ha pedido disculpas por la tardanza de las instituciones democráticas en llevar a cabo este tipo de reconocimientos. En su análisis de lo sucedido hace casi un siglo, ha recordado que fue responsabilidad primera del fascismo, pero también de «quienes banalizaron el mal, miraron para otro lado o simplemente lo despreciaron». Por eso ha recomendado aprender de la historia y ha compartido la cita del líder conservador irlandés Edmund Burke según la cual, «para que triunfe el mal, solo hace falta que las personas buenas no hagan nada».
Este emotivo acto organizado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Universidad de Alcalá de Henares ha contado con interpretaciones musicales por parte de la Banda Provincial, una ofrenda floral en el monolito del parque arriacense y una lectura de los nombres de las personas deportadas a campos de concentración y de exterminio, en mayor número al austriaco de Mauthausen.
Además de Bellido, han intervenido la consejera de Igualdad, Sara Simón; el vicerrector del Campus de Guadalajara, Carmelo García; la subdelegada de Gobierno de España en la provincia, Susana Cabellos; la diputada de Cultura de Diputación, Sabrina Escribano; el portavoz del Foro por la Memoria de Guadalajara, Xulio García Bilbao; y Concha Díaz Berzosa, vicepresidenta de La Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España, con discursos en los que se ha prevenido contra «los discursos del odio» actuales y que han reivindicado «justicia, verdad, reparación y que no se vuelva a repetir».
Concretamente, Simón ha asegurado que «la memoria democrática es un ejercicio de justicia y de reconciliación, pero también debe serlo de salvación para que las sociedades modernas conozcan los errores del pasado y el profundo sufrimiento en la población que causaron, porque nunca nada puede ser o es mejor que la libertad y la democracia», en alusión al auge de movimientos ultras que cuestionan la validez del sistema.
Simón ha reafirmado el compromiso del Ejecutivo de Emiliano García-Page con la memoria democrática «para construir una sociedad democrática avanzada, reconociendo a las víctimas».
