Tras el desastre que para la Italia de Mussolini supuso la derrota en la Batalla de Guadalajara, en el Corpo Truppe Volontarie (CTV) tomaron algunas medidas. Una de ellas fue reconocer que no tenían, ni de lejos, una cartografía adecuada y que correspondía intentar darle una solución.
Con personal llegado desde Italia se creo una Sección Topocartográfica, concretamente con técnicos del Instituto Geográfico Militare de Florencia, llegados el 17 de mayo de 1937.
Redibujaron por completo los originales del mapa topográfico de España y, asentados como estaban en Vitoria, la tirada litográfica se hacía en la imprenta de Heraclio Fournier, bien conocida ya por entonces por las barajas de naipes que tanta fama le han dado.
Publicaron mapas relativos al frente de Santander, al de Madrid y al de Aragón, en escala 1:50.000 y con un tamaño de 50 por 70 centímetros.
Uno de los mapas que se conserva es el que encabeza esta líneas, correspondiente a Guadalajara, conservado en el Centro Geográfico del Ejército y que forma parte de un libro que acaba de editar el ministerio que dirige Óscar Puente, el de Transportes y Movilidad Sostenible, titulado «Evolución de la imagen cartográfica de España. Catálogo de mapas».
Salvo error u omisión es la única cita que en esta obra se hace de la provincia de Guadalajara.