No es la primera vez que ocurre… pero es que ha vuelto a suceder de nuevo en Guadalajara. El catalizador, una pieza del escape de los vehículos cuya existencia muchos desconocen, es el objeto del deseo de auténticas bandas de delincuentes. Dos de ellas han sido desmanteladas en las últimas semanas en la provincia. En sus andanzas han llegado a dejar su huella hasta en 11 localidades.
Según se confirma desde la Comandancia, el Equipo de la Policía Judicial de Sigüenza venía investigando desde el pasado mes de noviembre un fuerte incremento de estos robos. Estos ocurrieron en las poblaciones de Torija, Ledanca, Sigüenza, Trijueque, Azuqueca de Henares, Cabanillas del Campo, Chiloeches, Yebra, Humanes, Yunquera de Henares y Guadalajara.
Las primeras investigaciones se centraron en dos bandas distintas, sin conexión entre ellas.
Una estaba integrada por ciudadanos de origen rumano. Solían actuar de noche y simulaban la colocación de propaganda en los vehículos mientras robaban los catalizadores.
El segundo de los grupos, de nacionalidad española, actuaba a plena luz del día en las citadas poblaciones. Especialmente, en los aparcamientos de los polígonos industriales.
Por qué es tan valioso el catalizador: tiene platino
La principal función del catalizador es modificar químicamente los componentes de los gases del tubo de escape. Esto es para que sean menos contaminantes cuando salen al exterior. Son obligatorios en todos los vehículos de gasolina desde el 1992 y en los diésel, desde el 1997.
La clave de su atractivo para los delincuentes está en los componentes que lo integran: paladio, rodio y, especialmente, el platino… más caro incluso que el oro. Su valor ronda los 30 euros por gramo y de un catalizador se pueden extraer entre 3 y 7 gramos. Este hecho explica el interés de los amigos de lo ajeno. Un catalizador medio puede costar, para su reposición, unos 500 euros.