En un calendario plagado de días mundiales y días internacionales para casi todo, no debería extrañar que el 3 de mayo se dedique en el mundo a la Libertad de Prensa… sobre todo a su ausencia.
Visto desde España, se diría que hay poco que reclamar al respecto y, en efecto, formalmente, así es. Rascando un poco la realidad, se comprueba que periodismo y libertad no van siempre de la mano, ni siquiera por estos lares.
En detrimento del ejercicio independiente del periodismo, que requiere de profesionales capaces y de medios autónomos, actúa la constante y creciente tendencia a la confusión interesada entre propaganda e información, asentada en las más variadas estrategias. Ahí se unen la economía, la política y la propia rendición de los periodistas en su ejercicio cotidiano del oficio, que de todo hay.
Pero en esta fecha, lo preceptivo es recordar a los que a lo largo y ancho del planeta sufren el riesgo de perder la vida como colofón de una trayectoria profesional condicionada por la opresión, que en muchos países es una amenaza palpable y, en efecto, también mortal.
Y hasta aquí, lo escrito en 2023, tal día como hoy y con la misma vigencia.
Dos años más tarde, a los tradicionales lamentos del oficio habría que añadir al menos dos riesgos más para la Libertad de Prensa, visto desde España y, más concretamente, desde la Redacción de LA CRÓNICA:
• El indisimulado afán del Gobierno de España por apacentar rebaños, entre los balidos agradecidos de bastantes.
• El riesgo cierto de que la Prensa no tenga Libertad que defender si, finalmente, es sustituida por un algoritmo que alimente el espíritu acrítico de una mayoría.
Los lectores de antes están dando paso, de manera parece que irreversible, a los simples buscadores de datos de ahora y del próximo futuro, envueltos bajo la capa de una Inteligencia Artificial que alguna vez dejará de ser estúpida.
Pero es 3 de mayo, el del 2025. Mal que bien, lo vamos contando. Se lo vamos contando, que es de lo que siempre entendimos que se trataba la Prensa, el periodismo y su ejercicio en libertad.
Brindemos y sigamos.
