La concatedral de Santa María fue en la noche del viernes, 19 de diciembre de 2025, escenario del Pregón Oficial de Navidad.
Es una cita que se repite desde hace 30 años pero que siempre es diferente, en razón de la persona encargada de pronunciar esas palabras.
Organizado por el Ayuntamiento de Guadalajara y la Fundación Siglo Futuro, con la colaboración del Obispado de Sigüenza-Guadalajara, el evento reunió a autoridades y vecinos.








El acto comenzó con la intervención de Juan Garrido, presidente de la Fundación Siglo Futuro, quien reivindicó la estrecha relación entre cultura y Navidad, destacando cómo esta celebración “es también una expresión artística y un legado que nos une”.
A continuación, la alcaldesa Ana Guarinos dio la bienvenida con un mensaje cargado de valores. “La Navidad es tiempo de encuentro, de esperanza y de generosidad. Nos recuerda que lo más importante no se compra: la familia, la amistad, la solidaridad”.
“La Navidad hunde sus raíces en un acontecimiento sencillo y trascendente: el nacimiento de Jesús en Belén. Un mensaje de humildad, de esperanza y de paz que ha marcado durante siglos nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestra manera de entender la vida”, prosiguió la alcaldesa.
Guarinos agradeció la labor de quienes mantienen vivas las tradiciones y reivindicó la importancia de construir una sociedad basada en la cercanía y la atención a los más vulnerables.
El obispo de la diócesis, Julián Ruiz Martorell, cerró el turno de saludos recordando el sentido profundo de estas fechas: “La palabra de Dios transformó la historia y sigue iluminando nuestro presente”.
Pregón de Sanz Roldán
El protagonista de la noche fue el general Félix Sanz Roldán, quien fuera Jefe del Estado Mayor del Ejército y director del Centro Nacional de Inteligencia, que ofreció un maravilloso pregón reflexivo y emotivo, con algunas partes en rima, e incluso con guiños de humor. Comenzó aclarando que su intervención no era improvisada, sino fruto de una meditación sobre la verdad y la percepción de la realidad, presentándose como “un soldado veterano que lleva mochilas por los caminos de España”.
En su discurso, evocó el nacimiento de Jesús “desnudo, desamparado, entre una mula y un buey, acompañado por María y José en humilde estado como un rey, sin música ni ruido, bajo la cara de la luna”. Para el pregonero, la Navidad “es una memoria del día con más de 2.000 años, un tiempo para disfrutar, no para desear que pase”, y apeló a la nostalgia que nos hace revivir las navidades de la infancia. “La radio empezaba a formar parte de los hogares, traía músicas que creíamos universales y acompañaba las cenas de Nochebuena”.
En la segunda parte de su intervención, Sanz Roldán dibujó la atmósfera de la Nochebuena, “un momento de expectativa en el que el tiempo parece no pasar”, con madres preparando la mesa desde temprano y niños soñando con regalos, incluso en los hogares más humildes.
Recordó también a quienes viven estas fechas lejos de sus familias: soldados en misiones internacionales, médicos en ambulancias, agentes del CNI de guardia, pilotos cruzando océanos y marinos surcando mares. “Todos ellos —dijo— comparten la misma esperanza en medio del servicio”.
El pregonero no olvidó a las familias que sufren, a los enfermos y a los mayores vulnerables, contraponiendo la alegría navideña con la realidad del dolor.
Su mensaje final fue una llamada a la paz. “Que la Navidad permanezca en España, que la paz encuentre su lugar en el mundo y que no mueran más hijos, ilusiones ni esperanzas”. Con referencias a líderes internacionales y un deseo de renunciar a las armas, concluyó con un anhelo compartido: “Que los tiempos mejores lleguen a nuestras casas con fuerza”.
Tras el pregón, el grupo “La Bazanca” puso la nota final con un concierto de música tradicional que llenó la Concatedral de armonías navideñas, cerrando una velada que combinó historia, cultura y emoción.
