Mientras en la política nacional todo es trichera y enfrentamiento irreconciliable entre dos bandos, en la parte del Corredor del Henares que corresponde a Guadalajara aún se dan motivos para compartir fotos e intereses sin hacer distinciones entre el PSOE y el PP. O, al menos, sin que se note abiertamente la rivalidad.
Quien ha obrado este pequeño milagro es el Puerto de Tarragona, durante el Salón Internacional de la Logístico (SIL). Su presidente, Santiago J. Castellà, ha puesto en valor la competitividad que ofrecen los proyectos que tienen en marcha entre los términos municipales de Guadalajara y Marchamalo y que dio para una conferencia en el propio stand.
El acto reunió a numerosos potenciales interesados y al presidente de la Diputación de Guadalajara, José Luis Vega (PSOE); la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos (PP); el alcalde de Marchamalo, Rafael Esteban (PSOE); el alcalde de Azuqueca de Henares, Miguel Óscar Aparicio (PSOE); el alcalde de Yunquera de Henares, Lucas Castillo (PP) y el de Cabanillas del Campo, José García Salinas (PSOE), entre otros cargos públicos.
“La terminal de Guadalajara-Marchamalo es un proyecto que ejemplifica nuestro compromiso con la intermodalidad, la descarbonización del transporte y el servicio al tejido
productivo del país”, ha asegurado Castellà.
Las obras acaban este año
Ocupa una superficie de 152.500 m² dentro del complejo logístico Puerta Centro–Ciudad del Transporte, un polo logístico de 4 millones de metros cuadrados en el cual ya hay establecidas empresas líderes de sectores como la logística, la automoción, la química o la distribución. Tendrá capacidad para gestionar 100.000 UTIs anuales. Contará con un total de seis vías, tres de ellas operativas de 750 metros y tres vías más para recepción y expedición, así como doblo acceso ferroviario, desde Madrid y desde Zaragoza.
Actualmente, se está ejecutando la segunda y última fase del proyecto, que incluye la
construcción de la superestructura, pavimentos, electrificación y sistemas de control. Está
previsto que los trabajos acaben en otoño de 2025. En total, la obra ha supuesto una
inversión de 28 millones de euros.
El proyecto cuenta con el apoyo financiero de la Unión Europea a través de los fondos Next Generation, incluidos en el Plan de Transformación y Resiliencia (PERTE). En concreto, la Autoridad Portuaria de Tarragona ha recibido 14.273.000 euros para llevar a cabo esta iniciativa.
