A las tres de la tarde del viernes ha quedado abierto en el Tanatorio del Hospital el velatorio con los restos mortales de Hermenegilda Portillo Herraiz.
Octogenaria y jubilada hace ya muchos años, Gilda, como era conocida en Guadalajara, será velada hasta las nueve de la mañana del sábado, cuando sus restos sean trasladados a su natal Huertapelayo, donde se oficiará la misa funeral a las once de la mañana.
Hace medio siglo, Gilda era uno de los personajes para conocidos y queridos de aquella Guadalajara, más recoleta que la actual.
Invidente de nacimiento, caminaba incansable por las calles del centro, en las que resonaba su característico ¡Voy!!! que hacía volverse a los viandantes, acostumbrados todos a la omnipresencia de esta excepcional vendedora de la ONCE.
Su humanidad fue reconocida por el Ayuntamiento de Guadalajara, que le dedicó en vida una calle, algo ciertamente inusual.
