El 24 de octubre, la patronal eléctrica AELEC, que representa a Iberdrola, Endesa y EDP, envió una carta al Ministerio de Transición Ecológica en la que reconocía que las centrales nucleares “no pueden ser habilitadas para consignas dinámicas de tensión por razones de diseño y seguridad”. Las exigencias que ha propuesto Red Eléctrica (REE) para evitar otro apagón “podrían comprometer la seguridad de los equipos y la estabilidad del sistema”. Significa que las nucleares no están preparadas para estabilizar la tensión en el sistema eléctrico ante un nuevo apagón ni garantizar el suministro.
Ese mismo día, la patronal eléctrica AELEC envió otra carta a la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, en la que traslada su disposición a alargar la vida útil de la planta nuclear de Almaraz hasta 2030 “en el contexto actual de incertidumbre sobre la estabilidad de tensión en el sistema eléctrico español y, como consecuencia, en la garantía de suministro”.
El 28 de octubre, el presidente de Iberdrola manifestó, en la presentación de resultados, que “las nucleares son seguras y necesarias. Mucho más que antes para poder evitar posibles apagones y problemas de servicio”. “La sociedad civil está pidiendo que se mantengan”. Según Sánchez Galán los dos reactores de Almaraz pueden operar hasta 2030 sin tener que solicitar una nueva licencia de seguridad.
Son argumentos parecidos a los del economista Jordi Sevilla que en su artículo “Presidente: Almaraz no se cierra, para evitar otro apagón”, de 16 de octubre, deslizaba el argumento, que ni siquiera las eléctricas se han atrevido a expresar, de que las energías solar y eólica no garantizan los equilibrios del sistema eléctrico, que, según él, sí garantiza la nuclear.
Sorprende que nadie haya dado respuesta a ninguna de las dos condiciones que la ministra de Transición Ecológica puso desde el primer momento a una ampliación de plazos del cierre nuclear: que se invierta en seguridad nuclear y que no se repercuta ningún coste a los consumidores.
Se repite así una de las características inmanentes al argumentario pronuclear: no hablar nunca de costes, ni de precios ni de seguridad.
¿Sin nucleares habrá más apagones?
Nadie se imaginó que sería AELEC la que aclarase qué papel podrían jugar las nucleares ante futuros apagones. Según la patronal eléctrica ninguno, debido al propio diseño técnico de las plantas nucleares, a diferencia de la hidráulica y las centrales de gas. AELEC, por el contrario, propone inversiones en red y la participación de la eólica y fotovoltaica en el control dinámico de tensión de la red eléctrica, como ya hizo Portugal.
Significa que ni la prórroga de explotación de las centrales actuales ni nuevas nucleares servirán para evitar futuros apagones, que las renovables tienen muchas menos limitaciones para estabilizar la red eléctrica y que la tecnología nuclear no puede realizar un control dinámico de tensión para evitar apagones, algo que las renovables ya han comenzado a hacer mediante la habilitación de Red Eléctrica.
AELEC ha dejado en evidencia el argumentario de la campaña a favor de las nucleares a raíz del apagón de 28 de abril que ha llevado a imaginar a sus promotores que se trataba de una reclamación de toda la sociedad, cuando en realidad solo era un bulo amparado en la opacidad del sector eléctrico y en el desconocimiento generalizado de la tecnología nuclear.
Eso no ha impedido que AELEC se contradiga en la carta en la que propone alargar la vida útil de Almaraz hasta 2030 como medida para estabilizar la red eléctrica, cuando el mismo día traslada al Ministerio de Transición Ecológica que la central nuclear no está preparada para estabilizar el sistema eléctrico. Lo que AELEC ha reconocido, en un ejemplo de transparencia inédito en el sector eléctrico, es que con nucleares continuará el riesgo de nuevos apagones.
Quienes defienden que las nucleares son el salvavidas de nuestra economía en realidad están defendiendo el negocio de los socios del pool eléctrico, como son los grandes ciclos inversores en nuclear, gas, hidrógeno o renovables centralizadas a gran escala, por el movimiento de capital que generan y la revalorización de activos a través de un diseño de mercado principalmente especulativo.
Si no sirven para evitar apagones, ¿para qué sirven las nucleares?
La viabilidad de las centrales nucleares exige determinadas condiciones, como un precio de la electricidad elevado, un mercado sin competencia, más consumo y menor esfuerzo en ahorro de energía. Todo ello se cumple con la metodología de conformación de precios del mercado eléctrico, que Bruselas no ha modificado en la directiva del mercado de la electricidad de 2024. De esta manera el sector eléctrico se asegura los ingresos suficientes a través de los peajes que factura a los consumidores desde el 1 de enero de cada año. Por eso, en cada crisis energética las grandes eléctricas superan su récord de beneficio
Pero AELEC ha dicho algo más importante y es que para que las nucleares puedan evitar un apagón necesitan rediseñarse, es decir, hacerlas de nuevo. Supondría un coste milmillonario inasumible para sus propietarios y para la sociedad, porque llevaría a un rescate nuclear por los consumidores, como ocurrió en los pasados años ochenta.
La nueva realidad es que la nuclear no es competitiva frente a la hibridación de las energías renovables con almacenamiento, que es la tecnología que va a sustituir a la generación convencional en todo el mundo para garantizar la seguridad de suministro.
Y si la nuclear solo sirve para hacer negocios, es que no es necesaria ni útil para la sociedad.
Artículo original para la Revista Energías Renovables
