Es uno de los momentos del año más querido por miles de vecinos Guadalajara e incluso de otras partes de la provincia, que por cientos y cientos participan en la procesión de la Virgen de la Antigua cada 8 de septiembre.
La marcha desde la concatedral al santuario es un paso incesante de personas, la mayoría mujeres ataviadas de alcarreñas entre un público curioso que no quiere perderse la ocasión.
Para quienes no estuvieron, y también para los que quieren buscarse en las imágenes, vayan las galerías gráficas para LA CRÓNICA de Abel López y del Ayuntamiento de Guadalajara, desde el día (con un bellísimo atardecer, además) hasta la noche, alumbrada por la hoguera.



























































Lo más importante para los devotos de la Virgen de la Antigua no estaba, pese a todo, en el ir y venir de esa marea de paisanos sino en el paso de la imagen de su Patrona:
