El periodismo de viajes suele ser encomiástico, sobre todo si detrás lleva un patrocinio por parte de alguna institución. Es el caso del diario barcelonés La Vanguardia, que acaba de publicar un reportaje, pagado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en el que se destaca con derroche de adjetivos a una localidad de la provincia de Guadalajara.
A diferencia de LA CRÓNICA, que mantiene su acceso gratuito para todos los lectores, los artículos de la cabecera catalana son de pago y, por tanto, de acceso restringido. Aunque este, en principio y por su condición de brand content, sí se puede leer.
Allí se habla de esta localidad «castellana», lo cual ya es un logro, acostumbrados como estamos a la atribución «manchega» que se suele hacer de esta provincia.
Ubican a este destino provincial en el corazón del Alto Tajo, del que es una de las puertas de entrada, más exactamente.
Además de ensalzar las virtudes de su establecimiento hotelero más destacado, aluden a su fortaleza medieval, al barrio judío y a la Morería, más un puñado de iglesias.
No falta la referencia al Cid.
Nos estamos refiriendo, como el lector ya habrá deducido, a Molina de Aragón.
El artículo puede leerse desde aquí.
