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2 diciembre 2025
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Los 10 abusos que no debes aceptar como cliente en un bar o un restaurante

La inmensa mayoría de las veces que consumimos, incluso en vacaciones, salimos con el bolsillo algo más aligerado... pero satisfechos. Cuando esto no es así, conviene conocer nuestros derechos y como hacerlos valer en bares y restaurantes. De eso trata esta información.

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Estamos en vacaciones y nuestra vida se hace, todavía más, en los bares y en los restaurantes. Los españoles somos de los europeos con más y más cotidiana devoción por estos locales y, por lo tanto, no extraña que ese hábito se acentúe todavía más durante las vacaciones, cuando el tiempo de ocio es total y lo propicia de un modo mucho mayor que durante el resto del año.

En la misma proporción, aumentan los posibles motivos de conflicto entre el cliente y el responsable del servicio en el establecimiento.

Ha sido la OCU la que ha recopilado los 10 abusos más flagrantes que se pueden cometer, ilegales y denunciables.

Por ejemplo, el dueño de un bar o de un restaurante es libre de fijar el precio de sus productos y servicios, siempre y cuando estén claramente indicados en la carta, como advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Pero vayamos a la relación completa:

Diez abusos, directamente ilegales

1. No ofrecer una carta del menú. Los códigos QR son una forma cómoda de consulta, pero además debe haber una carta en papel.

2. Que falte una referencia en los precios “según mercado” (como un precio por kilo) o que no se avise del precio de un producto fuera de carta.

3. Que el precio en carta no incluya el IVA y se quiera luego cobrar. En caso de no incluirlo, deberá avisarse expresamente.

4. Cobrar por el servicio de mesa o por el cubierto. Es ilegal, está implícito en el propio servicio de hostelería.

5. El agua del grifo tampoco puede cobrarse: su dispensación es gratuita y obligatoria si el cliente la solicita, incluso aunque el sabor no sea bueno.

6. Los suplementos por servicio de terraza no pueden cobrarse, salvo que se indique claramente en la carta.

7. La decisión de dejar propina es voluntaria. No hay ninguna norma que obligue a los clientes a hacerlo.

8. No puede cobrarse como un extra el pago de una reserva. Este importe debe ser descontado del precio final.

9. No puede rechazarse el pago en efectivo. En cambio, puede rechazarse el pago con tarjeta si se advierte claramente antes de consumir.

10. También es contrario a la normativa que el ticket o la factura de compra no detalle cada uno de los productos consumidos.

Vamos a llevarnos bien…

Junto con lo anterior, desde la OCU nos recuerdan tres malas prácticas, que son legales pero digamos que «desconsideradas»:

• Rechazar reservas de una sola persona. De hecho, es bastante habitual que las reservas on line empiecen con dos personas.

• Cobrar aparte el aperitivo, la leche del café o incluso el hielo, aun cuando así venga indicado en la carta.

• Impedir el uso del baño a los no clientes, sobre todo tratándose de un niño pequeño o un anciano que no puede aguantar más.

Y a pesar de lo largo de la relación, todavía quedan posibles contrariedades que, ojalá, no acaben en una desagradable discusión:

1. Cuando hay varios comensales, puede exigirse el pago único de la cuenta a una sola persona, pero solamente si se hizo una reserva conjunta.

2. Si se advierte expresamente, puede incrementarse el servicio mínimo de la mesa (un café, un refresco…) según el tiempo transcurrido.

3. La reserva de una mesa puede perderse si se supera un retraso máximo o incluso cobrarse una penalización si finalmente no se acude, siempre que se advierta de ello antes de finalizar el proceso de reserva.

¿Cuándo llamar a la Policía?

En caso de apreciar algún abuso, el cliente puede pedir la hoja de reclamaciones. Si el establecimiento se niega a facilitarla, es el momento de llamar a la Policía Local, para que levante acta.

OCU recomienda además guardar el tique de compra y fotografiar la carta con los precios y tarifas.

Afortunadamente, la inmensa mayoría de las veces que consumimos, incluso en vacaciones, salimos con el bolsillo algo más aligerado… pero satisfechos.

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