El Servicio de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil (SEDEX) ha retirado de un domicilio en Alovera un bote que contenía ácido pícrico, por su peligrosidad. Luego, procedió a su destrucción controlada, como se comprueba en este vídeo:
Todo comenzó cuando un vecino llamó al 062 de la Guardia Civil, 062, comunicando que tenía un bote de ese compuesto que adquirió en su día con objeto de colorear unos aparejos de pesca. Una vez tuvo conocimiento de su peligrosidad por noticias publicadas en medios de comunicación, optó por comunicarse con la Benemérita.
La Guardia Civil retiró el recipiente, que contenía unos 25 gramos de ácido pícrico en mal estado de conservación, y procedió a su eliminación del modo que se puede ver en esta misma información.
Desde la Guardia Civil se recuerda que ante el hallazgo de materiales o artefactos explosivos, estos no se deben manipular ni tocar, para evitar accidentes, ya que como en este caso se trata de una sustancia muy inestable que puede explosionar.
El peligro latente del ácido pícrico
El ácido pícrico, muy habitual antaño en los laboratorios de los centros de enseñanza en toda España, está presente en los combustibles de cohetes, cerillas, técnicas de tratamiento del cuero, en los métodos de grabado de metales e incluso en las baterías. Como en el caso del prudente aloverano de esta noticia, puede servir también de tinte para tejidos o para tintar el vidrio.
El ácido pícrico es irritante para los ojos, la piel y las mucosas. Es fácilmente absorbido a través de la piel. E contacto cutáneo con este producto puede provocar dermatitis alérgicas.
Las dermatitis provocadas por el ácido pícrico aparecen generalmente en la cara, particularmente alrededor de la boca y de la nariz. Empiezan por un eritema, seguido por la formación de pápulas y vesículas, hasta la descamación.
Y, además, puede estallar.