El Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Guadalajara ha registrado una pregunta para el próximo Pleno municipal, que se celebra el viernes, 27 de junio. Quieren saber cuándo se van a instalar los toldos en la Calle Mayor anunciados por el concejal de Turismo, Víctor Morejón, para finales de la recién terminada primavera.
Evidentemente, no están.
No se han instalado para este tórrido verano de 2025 a pesar de que la idea no es nueva y que incluso se trabajó sobre ella hace un año.
La intención, según trascendió, era licitar para entoldar desde Santo Domingo hasta la Plaza Mayor durante los meses de verano, para luego retirarlos.
En lo que va de siglo es esta una idea recurrente, que nunca se ha llevado a cabo.
El ejemplo más cercano, en Madrid
Donde sí que están de estreno, a un coste más que millonario, es en Madrid. Los nuevos toldos de la Puerta del Sol estarán listos a finales de esta semana tras la adecuación de los bancos de la plaza y la instalación de anclajes en las fachadas y mástiles en dichos bancos.
La solución para tan céntrico emplazamiento consiste en una «estructura auxiliar no permanente» que permite la instalación de toldos en el arco norte de la plaza. Esta estructura, que se instalará solo durante los meses de más calor y se desinstalará posteriormente, se basa en una serie de mástiles de acero inoxidable anclados en los bancos de granito a través de tubos roscados que permiten su instalación y desinstalación.
Sobre estos elementos rígidos se disponen unos tensores anclados en la fachada de los edificios que conforman la plaza sobre el zócalo comercial. A su vez, esos tensores permiten la instalación de una serie de piezas textiles de color claro.

La configuración de la Puerta del Sol, tal cual se conoce hoy en día, es de mediados del siglo XIX. Lo de dejarla sin ninguna sombra vegetal es más reciente.
Desde que finalizó la última remodelación de la Puerta del Sol, el Consistorio madrileño ha trabajado en distintas soluciones para crear espacios de sombra en este espacio, ya que el proyecto ganador del concurso organizado por el Consistorio y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y que fue seleccionado por un jurado de expertos entre más de 150 propuestas, no preveía instalar elementos de sombra.
Aunque se propuso la plantación de nueve árboles en el único espacio que no disponía de infraestructuras bajo la cota del pavimento, donde se encuentra la mayor estación de metro de Madrid o la estación de Cercanías de Adif, así como innumerables galerías de servicios e infraestructuras, la Comisión Local de Patrimonio Histórico dictaminó desfavorablemente porque la ubicación de esos árboles no respondía a criterios urbanísticos ni patrimoniales, sino a la oportunidad de la ausencia de una losa de hormigón bajo el pavimento.
Para diseñar los nuevos toldos, el Consistorio ha trabajado con el mismo equipo que proyectó la plaza, dirigido por José Ignacio Linazasoro, catedrático de la Escuela de Arquitectura de Madrid y Académico de la Real Academia de San Fernando. Como resultado de esa colaboración, se realizó un proyecto básico que se presentó a la Comisión Local de Patrimonio Histórico en diciembre de 2023.
El temor de todos: la resistencia al viento
Los estudios y cálculos sobre resistencia a los vientos y los necesarios anclajes para estos toldos en un entorno BIC fueron muy complejos e involucraron a diferentes ingenieros hasta que se pudo tener el proyecto completo.
Este proyecto pasó de nuevo por la Comisión Local de Patrimonio Histórico y fue validado en julio de 2024, momento en que el Ayuntamiento comenzó a licitar su fabricación, montaje e instalación, de manera que, teniendo en cuenta los plazos administrativos, los toldos pudieran colocarse para el verano de 2025.
Los estudios anteriormente citados determinaron la necesidad de unos anclajes y las correspondientes cimentaciones bajo los bancos para resistir el momento flector al viento máximo que podría llegar a afectar a la tensoestructura.
Los cálculos determinaron unas cimentaciones imposibles de construir bajo los bancos debido a la presencia de todas las infraestructuras subterráneas como son las losas de Metro y Adif, que también han impedido la plantación de árboles.
«Para resolver esta necesidad estructural fue necesario, por tanto, realizar otro proyecto de adaptación de los bancos existentes que han tenido que ser cajeados (vaciados en su parte central) para instalar una serie de placas de acero que permitan lastrar el anclaje de los mástiles sin afectar a las infraestructuras subterráneas», han destacado desde el Ayuntamiento.
La actuación completa supone una inversión de 1,5 millones de euros.
