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29 noviembre 2025
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Para que dos vecinos puedan dormir ya no sonarán las campanas por la noche en un pueblo de Guadalajara

De fondo, a la vista de los distintos enfoques, un nuevo caso de discrepancia entre "los de los pueblo" y "los veraneantes", tan frecuente en muchas localidades de la provincia.

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En el pequeño municipio de Casasana, de apenas 28 empadronados y pedanía de Pareja, en Guadalajara, tendrán que silenciar a partir de ahora el sonido de las campanadas del reloj de la torre de la iglesia desde las diez de la noche hasta las nueve de la mañana del día siguiente, a petición de dos vecinos del pueblo

David Tierraseca y Rosario González decidieron llevar al Ayuntamiento a los juzgados como propietario del reloj, asegurando que el ruido que producía no les dejaba descansar por la noche.

Han tenido que pasar cerca de cuatro años para que finalmente sea atendida la petición de estos dos vecinos, con el hecho curioso de que es uno residente habitual en Casasana, mientras que el otro tiene ahí su segunda residencia.

Este miércoles, 5 de febrero de 2025, estaba fijado el juicio en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Guadalajara. Sin embargo, poco antes de su celebración y con la presencia de numerosos vecinos, se conseguía finalmente un acuerdo entre las partes que se recogerá en sentencia judicial, según el cual se va a atender la demanda de Tierraseca y González.

Esta demanda ha motivado ya un claro enfrentamiento entre los propios vecinos de Casasana, pues si bien unos entienden y apoyan la reivindicación de estas dos personas, otros no lo comprenden.

El problema colea desde el 2021, cuando el alcalde pedáneo de Casasana, Inocencio del Río Baños, recibió un escrito de los afectados para que su petición fuera atendida y que las campanas dejaran de sonar al menos por la noche. Su contestación entonces, según Ruiz Higes, fue que el reloj de la torre de Casasana formaba parte de su tradición y patrimonio.

Este reloj fue donado en el siglo XIX por el conde de Arcentales. Está conectado a una campana que daba todas las horas, dos veces cada una, así como las medias. Hace relativamente poco se dejaron de dar las repeticiones y las medias, pero seguía dando las horas tanto de día como de noche.

Según la abogada de los denunciantes, se llegaron a realizar mediciones acústicas con un perito y estas sobrepasaban «por mucho» lo permitido legalmente.

El asunto, aseguran, llegó incluso al Defensor del Pueblo, aunque no hay referencia al caso en la web de esa institución según ha podido comprobar LA CRÓNICA.

«Creo que mis clientes han sido bastante condescendientes. Solo pedían un equilibrio entre la tradición y poder descansar por la noche», ha señalado la letrada.

De fondo, a la vista de los distintos enfoques, un nuevo caso de discrepancia entre «los de los pueblo» y «los veraneantes», tan frecuente en muchas localidades de la provincia.

Campana del reloj de la iglesia de Casasana.

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