Un vecino de Guadalajara ha visto como un juez de Guadalajara le condonaba una deuda de 112.628 euros en aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad. El beneficiario de esta decisión se había endeudado como consecuencia de una hipoteca, que terminó por ser incapaz de pagar.
La sentencia se ha dictado en el Juzgado de Primera Instancia nº4, que ya tiene experiencia en estas cuestiones. La magistrada ha considerado en este caso que era adecuado concederle el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho.
Para poder acogerse a esta figura jurídica, el juez debe observar buena fe en el deudor. Previamente, se habrá intentado un acuerdo extrajudicial de pagos, entre otros requisitos.
Hay precedentes en Guadalajara
No es esta la primera vez que un caso semejante se da en Guadalajara. El más relevante que le consta a este diario es el de una mujer que vio cancelada una deuda de más de 2 millones de euros y del que no se facilitaron detalles.
También singular, aunque de mucho menor cuantía, fue el aún reciente caso de un sacerdote, al que se le perdonaron judicialmente 70.000 euros. Según informó LA CRÓNICA en su día, fue en el mismo juzgado donde se vio procedente la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad para este cura guadalajareño, antiguo capellán militar.
La historia comenzó, en realidad, hace algo más de una década, cuando dejó el puesto en el Ejército que ejercía en la localidad gaditana de San Fernando. Allí había organizado bien sus asuntos personales, al extremo de verse capaz de afrontar el pago de una vivienda.
Trasladado a Guadalajara, con un menor salario, se vio en la obligación de contraer varios préstamos para asumir los pagos de esa casa.
En un momento dado, el sacerdote se encontró con una deuda total de 200.000 euros y una cuota mensual para devolver los préstamos «incompatible con el resto de gastos». Incluso entregó su vivienda al banco para cancelar el préstamo hipotecario, pero no le sirvió para hacer frente al resto de créditos.
La llamada «Ley de la Segunda Oportunidad» es también la que le dejó al sacerdote la deuda a cero, según sentencia del 14 de julio pasado del Juzgado de Primera Instancia Nº 4 de Guadalajara, «por la buena fe del deudor para abonar parte de la deuda».
Quienes no pudieron quedar tan felices fueron bancos como Santander, CaixaBank, Wizink o Bankinter, que deben dar por perdidos los 71.241,22 euros que de forma conjunta aún les adeudaba el religioso.