Hay postura oficial, y estratégica, sobre las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades donde Vox tiene algo que decir, por su presencia en los ayuntamientos.
El consistorio de Guadalajara es uno de ellos, pues los 4 concejales «verdes» son los que dan la mayoría necesaria al PP. Ahora anuncian desde Madrid oposición total, y activa, a la limitación del tráfico, pospuesta en la capital alcarreña al menos hasta abril de 2026.
Concretamente, el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, era quien anunciaba este martes en una rueda de prensa desde la sede nacional del partido una ofensiva institucional “en todos los parlamentos y ayuntamientos de España «para derogar las Zonas de Bajas Emisiones y el “tasazo” de basuras derivados de las leyes climáticas aprobadas por PP y PSOE». “No seremos cómplices ni del robo ni de la estafa del bipartidismo”, clamaba Fúster, pese a que su formación gobierna instituciones con la mitad de ese bipartidismo.
Las declaraciones llegaban apenas una hora después de que Vox tumbara la Zona de Bajas Emisiones en Valencia.
Para reforzar ese planteamiento, la portavoz de lo que han llamado Agenda España, Isabel Pérez Moñino, consideraba que detrás de las zonas de bajas emisiones y del tasazo “hay un ataque contra el pueblo en nombre de la religión climática”. ”Mientras que en países como China contaminan infinitamente más que España, aquí se castiga a las familias trabajadoras con prohibiciones y sanciones”, insistía.
No faltó Jorge Buxadé, para quien el “fanatismo climático” ha dado lugar a una “ecología punitiva” que “utiliza el medio ambiente como excusa para sancionar, multar y perseguir a los más humildes”.
La postura de Vox en Guadalajara
Fue ahora hace un año, en octubre de 2024, cuando el portavoz del grupo VOX en el Ayuntamiento de Guadalajara, Víctor Morejón, fijaba postura local al respecto con unas declaraciones. Coincidían con la penúltima prórroga (o antepenúltima, quién sabe) en la aplicación de la Zona de Bajas Emisiones en la ciudad, cuya instalación ya está hecha y pagada.
Ya entonces se usaba el argumento que aún se mantiene vigente: la ZBE aquí está condicionada a la firma del nuevo contrato de la zona azul, que todavía no tiene empresa adjudicataria. Ese momento tendrá que llegar antes de que termine este mandato municipal.
Morejón señalaba aquel día que desde su formación llevaban tiempo trabajando para «frenar la aplicación de la ZBE en Guadalajara, ya que es una medida que consideramos innecesaria». Por este motivo, el edil de Vox mostraba su satisfacción por conseguir esa prórroga. «Estamos ganando tiempo. Vamos a ver cómo se desarrolla la licitación del contrato del estacionamiento limitado, que tal y como señala el informe técnico que avala esta prorroga, es un paso necesario para que eche andar la ZBE», apostillaba.
En cualquier caso, Morejón expresaba su deseo de que pasado ese plazo tampoco se aplique la ZBE, como así ha sucedido. «Pondremos todo nuestro empeño en ello, ya que lejos de ser una solución para los problemas de movilidad que podemos encontrar en Guadalajara supone un obstáculo a la movilidad».
Desde Vox consideran la Zona de Bajas Emisiones de Guadalajara como una medida que supone una “condena para los comercios, bares y restaurantes del centro de la ciudad, un problema para los residentes en el centro que tendrán que estar pendiente de quien viene a comer a su casa sino quieren que sus invitados sean multados», afectando directamente en el día a día de los guadalajareños, en una ciudad que «no tiene problemas de alta contaminación medioambiental, ni grandes aglomeraciones en el centro de la misma».