Este servicio es gratis y, a buen seguro, contará con el agradecimiento de aquellos que lo utilicen en caso de «apretón»: Guadalajara cuenta tres nuevos aseos autolimpiables. La novedad no es su diseño, similar a los ya instalados hace años, sino su ubicación.
La presentación ha tenido lugar este viernes en la Avenida de la Salinera, en el barrio de Las Lomas, con la presencia del concejal de Infraestructuras, Santiago López, y el concejal de Urbanismo, Alfonso Esteban.
Se suman a los cinco ya existentes y están ubicados la propia Avenida de la Salinera, el barrio de Los Manantiales y el parque de La Chopera.
Dos de estos puntos coinciden con cabeceras del transporte público urbano, lo que permitirá a los conductores de autobuses utilizar estos servicios durante sus pausas. Como es obvio, también estarán disponibles de forma gratuita para cualquier ciudadano.
La inversión total ha sido de aproximadamente 174.000 euros, ejecutada mediante dos contratos, uno para trabajos previos y otro para la instalación de los propios baños.
La presentación ha tenido lugar este viernes en la Avenida de la Salinera, en el barrio de Las Lomas, con la presencia del concejal de Infraestructuras, Santiago López, y el concejal de Urbanismo, Alfonso Esteban.
«Dijimos que lo íbamos a hacer y lo hemos hecho. Hoy cumplimos una nueva promesa de nuestra alcaldesa Ana Guarinos, con los vecinos de Guadalajara», ha declarado Santi López.
Así son los urinarios, en detalle
Los primeros urinarios metálicos y relucientes del siglo XXI en la capital alcarreña. Fueron 5, a 30.000 euros cada uno. Era 2016. Ahora serán más caros.
La instalación del primero de los nuevos, similares a los anteriores, se ha hecho en la calle Salvador Embid, dentro del parque de La Chopera, junto a la zona donde se ubica el parque infantil y las pistas deportivas de voleibol, fútbol y baloncesto.
Un segundo urinario está en Los Manantiales, más concretamente en la calle de La Isabela de Guadalajara.
El tercer urinario lo tenemos en la avenida de la Salinera, junto a la Glorieta de Las Cañas.
El Ayuntamiento tenía claro lo que quería: un urinario del modelo PMR de Primur «o equivalente». Sus dimensiones, además, debían ser 2,60 x 2,35 x 2,65 metros, según se leía en el pliego.
«Los materiales empleados serán de primera calidad, impermeables, no absorbentes,
antivandálicos, resistentes al desgaste, sólidos e inalterables por agentes externos
(inclusive ácidos y álcalis utilizados habitualmente en la limpieza y desinfección) y
atmosféricos y totalmente homologados, debiendo cumplir las normas específicas», se puntualiza en la documentación técnica a la que tuvo acceso LA CRÓNICA.
El espacio dispone de:
Inodoro con asiento abatible en acero inoxidable con sistema de lavado,
desinfectado y secado después de cada servicio, y descarga de cisterna
automática a la salida de la cabina
Barra de apoyo en acero inoxidable.
Dispensador de hoja de papel antivandálico con capacidad para 1.000
toallitas higiénicas.
Papelera con capacidad de 25L antivandálica y antifuego en acero
inoxidable.
Lavabo empotrado con servicio automático en acero inoxidable.
Espejo sobre lavabo, anativandálico y en acero inoxidable.
Percheros en acero inoxidable.
Ventilación forzada mediante extractor de aire.
Calefacción regulable con termostato.
Rejillas exteriores de ventilación dispuestas perimetralmente.
Puerta de acceso en acero inoxidable, blindada y antivandálica.
Panel exterior de información.
Iluminación interior compuesta por cuatro luminarias estancas de bajo
consumo tipo LED.
Iluminación natural, mediante línea de bloques de vidrio.
Iluminación de emergencia.
Sistema de llamada de auxilio que pueda ser accionado con facilidad
desde cualquier punto del interior del aseo.
«El grado de seguridad y resistencia serán fundamentalmente relevantes, teniendo en
cuenta, especialmente, aspectos tales como la resistencia al impacto, a la corrosión y al
gradiente térmico», subrayan los redactores del pliego. Para asegurarse de que lo consiguen, detallaban una larga serie de requisitos al respecto:
La instalación deberá contar con un sistema de seguridad que impida el accionamiento
del mecanismo de limpieza mientras los usuarios se encuentran en el interior.
La cabina dispondrá de dispositivos de cierre y seguridad con el siguiente equipamiento:
Reloj programable para horario de apertura y cierre de la instalación con
posibilidad de programación semanal.
Cableado del cuadro y de los componentes del aseo libre de halógenos.
La situación del aseo “ocupado” quedará indicada en el exterior de forma
visible, evitando su utilización por otra persona.
Utilizado el aseo y abandonado el mismo por el usuario, éste deberá
cerrarse de forma automática y eficaz, indicando desde el exterior de
forma visible, la indicación de “libre”.
Información escrita y gráfica en el interior de la cabina sobre el
funcionamiento del sistema de autolimpieza y de salida al exterior del
aseo.
La situación de “fuera de servicio” deberá ser indicada de forma visible
desde el exterior, imposibilitando el acceso del público a la cabina.
Alarma acústica para tiempo límite de uso.
Contador de usos.
Sistema de descarga de cisterna con accionamiento asociado a la acción
de desbloqueo de la puerta.
Sistema de detección de presencia para eliminar fallos en el proceso de
autolimpieza.
Las células encargadas de suministrar agua en el lavamanos deberán
contar con sistema de seguridad que impida el suministro de agua
continuo en caso de obstaculización de la señal.
Deberá contar con un sistema de funcionamiento automático que permita
la limpieza del asiento, inodoro y suelo de la cabina tras cada utilización.
El aseo contará con sistema de instrucciones habladas configurable
Por lo demás, estos «aseos autolimpiables», que es como se denominan oficialmente, tendrán una garantía mínima de 2 años.
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