Abril ha dejado su dolorosa huella en muchas familias de Guadalajara, por culpa del coronavirus. Para hacernos una idea cabal de lo que ha sido este último mes en la provincia, vale decir que han sido 381 los enterramientos practicados. Ese es el dato, frío y objetivo, que arroja el balance del Registro Civil.
Dos de cada tres de los enterramientos (tanto inhumaciones como cremaciones), se han verificado acompañados de un certificado de defunción en el cual el facultativo avalaba la certeza de que el fallecido había caído víctima del COVID-19 o, cuando menos, lo sospechaba fundadamente a la luz de los síntomas. Así ha sido en el 66,9 por ciento de las ocasiones, concretamente.
Más del doble en la provincia, peor en la capital
Por si queda alguna duda de la gravedad de la incidencia del coronavirus en Guadalajara, los 381 enterramientos en la provincia durante abril de este año contrastan vivamente con los 160 de 2019 e incluso con los 185 de 2018. El incremento de la mortandad en Guadalajara en abril de este año ha sido de un 138,1% en 2019 sobre el año precedente.
En la capital de la provincia las cifras son mucho más dramáticas incluso. Los 278 enterramientos de abril de este año no guardan relación alguna con los 56 que hubo en el mismo mes de 2019 o con los 53 de 2018. De todos esos fallecidos, de los que se tiene certeza o sospecha de COVID-19 son nada menos que 204. El incremento, brutal, es de exactamente el 396,4 por ciento.