En 1948, Vittorio De Sica filmaba la película que marcaba para siempre el neorrealismo italiano, «Ladrón de bicicletas». Estaba basada en una novela de Luigi Bartolini, de 1945, cuando aún no se habían acallado los cañones de la II Guerra Mundial.
En Guadalajara, 80 años después, se comprueba que los ladrones de bicicletas siguen existiendo, pero sin aquellos matices de la vieja película en blanco y negro.
Ha sido la Guardia Civil la que ha podido atajar un robo, del que se responsabiliza a un joven rumano de 29 años, que se considera ha sido capaz de arramblar de madrugada y en una tienda de Rivas-Vaciamadrid con 8 bicicletas de alta gama. Tan de alta gama eran que su valor conjunto se ha establecido en 33.000 euros, a más de 4.000 de media pero con alguna unidad que superaba los 8.000 euros y varias por encima de los 5.000, según ha podido confirmar LA CRÓNICA.
La fuga no la hizo el ladrón dando pedales sino en una furgoneta, donde había cargado su botín. El viaje le duró poco. Empezó en la localidad madrileña y terminó en la A-2, a la altura de Saúca, donde los agentes –que se encontraban en patrulla rutinaria en las áreas de servicio de la autovía– le detuvieron, cuatro horas después de haber salido del comercio desvalijado.
El sujeto pretendía hacer las cosas bien para su propósito, ya que las placas de matrícula de la furgoneta habían sido dobladas, eran falsas. Pero fue precisamente eso lo que hizo saltar la alarma en la patrulla, tras comprobarlas con la base de datos policiales.
Al identificar al individuo es cuando se descubrió su peculiar carga. Había constancia de que habían sido robadas a la 1.20 de esa misma madrugada en la Comunidad de Madrid, con denuncia del propietario.
Será ahora la titular del Juzgado de Sigüenza la que deba decidir el futuro inmediato del frustrado ladrón.
