Santiago López, concejal encargado de sacar adelante las obras municipales, presentaba este jueves las últimas novedades sobre Miguel Fluiters y su necesaria (nueva) reforma.
El político del PP no ha dudado en calificar de «muy importante» el simple hecho de poder anunciar que se ha iniciado el expediente de contratación, que es un paso administrativo previo antes de llegar a ver cambios reales en ese pavimento. La firma de la alcaldesa en ese documento lleva fecha de 25 de febrero.
¿Qué se va a hacer en Miguel Fluiters?
Para cambiar la calzada y pasarla del caucho verde de 2023 al asfalto negro de 2025 se tardará un mes, según las estimaciones.
El nuevo material será un alquitrán que luego se marcará a modo de un falso adoquinado, al igual que se hizo en el Arrabal del Agua y se puede ver desde hace tiempo en las aún inacabadas obras de la calle Cervantes y Mercado de Abastos.
¿Cuánto cuesta?
Se está buscando una empresa que esté dispuesta a hacer lo ahora planteado por 56.450 euros, IVA incluido.
Con ese dinero se habrá de fresar toda la calzada, respetando la canaleta central. Esos trabajos implicarán que haya cambiar el tráfico durante varias semanas, pues el plazo previsto es de un mes, un período siempre relativo cuando de obras municipales se trata.
¿Cuándo se hará?
En todo caso, esta nueva reforma sobre lo ya reformado no se acometerá hasta pasada la Semana Santa, para no interferir con las procesiones.
«Esta calle fue el proyecto estrella del anterior equipo de gobierno, pero nació estrellado», planteaba risueño Santiago López Pomeda este miércoles. Para el concejal fueron las prisas de última hora (en víspera de las elecciones) las causantes el mal resultado, con «aceras mal terminadas, baldosas sueltas y un pavimento que no ha resistido».
¿Algún responsable del desastre?
Pomeda no ha concretado, a preguntas de este diario, qué pruebas tangibles tiene para atribuir la elección del caucho para la calzada a los anteriores responsables políticos ni ha concretado, en caso de que la decisión la hubiera tomado libremente un técnico, si se han tomado algún tipo de medidas internas contra el responsable directo de la pésima decisión.
¿Quién está pagando los arreglos de estos días?
Los técnicos, más recientemente, emitieron nuevos informes para reclamar «dentro del período de garantía» responsabilidades a la empresa que asumió el proyecto.
En esa revisión de lo ocurrido, consideran que ha habido tanto una mala ejecución como un fallo de diseño, al suponer que esta iba a ser una calle «de bajo tránsito», cuando lo tiene y muy elevado.
Las llamadas calles de coexistencia, como formalmente venía a ser esta también, carecen hasta de pasos de peatones, puesto que la prioridad es para los viandantes y la velocidad de los vehículos debería ser muy reducida. Nada que ver con la realidad, como cualquiera puede observar.
Como el uso cotidiano está muy lejos de lo reglamentariamente previsto, es la propia empresa local que realizó la obra la que en los últimos días está reparando las aceras para que no se le retenga la garantía, algo que se le habría planteado en varias reuniones desde el Ayuntamiento.
Los trabajos de reposición de baldosas en las aceras terminarán la próxima semana, si la lluvia lo permite. Para el pavimento habrá que esperar la Cuaresma y un mes más.

