Campisábalos, con sus apenas 60 habitantes censados, se ha sumado también a la ola de solidaridad con Ucrania. Lo ha hecho, además, de forma realmente tangible: con la acogida de una familia ucraniana de cuatro miembros –abuela, hija y dos niñas pequeñas– en un piso propiedad del Ayuntamiento. Allí estarán, provisionalmente, hasta que puedan encontrar sustento en Madrid. Sus planes pasan por encontrar un empleo en la capital de España y, con lo que ahorren, reconstruir su casa en Ucrania, destrozada por las bombas.
El alcalde de Campisábalos, José María Huete, ha tenido ocasión de conocer por videollamada al padre de las pequeñas, que permanece en Ucrania con otro de los hijos. Según narra, tanto la abuela como la esposa dicen que «ya no les quedan lágrimas» y que solo quieren poder encontrar un empleo y reunir algo de dinero para reconstruir en un futuro su vivienda.
Huete agradece muy especialmente la labor y colaboración de la asociación «Pueblos con Futuro», gracias a la cual el municipio ha podido ayudar a esta familia. «Estamos dispuestos a ayudar a otras si hace falta», confirma el alcalde.
La familia recibe alojamiento y comida a cargo del Ayuntamiento. El hostal ‘El Mensario’ ha donado algunas sábanas y toallas. «Campisábalos somos un municipio solidario, como no podía ser de otra forma», insiste el regidor. Huete sabe que la búsqueda de trabajo en esta comarca de la provincia de Guadalajara resulta complicada, lo que hace difícil que se asienten familias. Aun así, le «encantaría» que la madre, la abuela y las dos pequeñas se quedaran en Campisábalos un tiempo porque «eso también da vida» a un municipio tan afectado por la despoblación.
¿Qué es «Pueblos con Futuro»?
La asociación Pueblos con Futuro lleva ya varios años trabajando en el asentamiento de familias, en riesgo de vulnerabilidad fundamentalmente, en zonas rurales con problemas de despoblación, y hasta el momento ya han logrado que 18 se hayan asentado en distintos municipios de la provincia.
La forma de trabajar de esta asociación es ayudar a las familias que lo necesiten en sus inicios, bien para arrancar un negocio, para pagar un alquiler o para hacer frente a algún imprevisto. Cuando consiguen generar ingresos, recuperan el dinero prestado con el fin de poder seguir trabajando en el apoyo a la reubicación de otras personas.
