La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha estimado que Castilla-La Mancha podría alcanzar en 2020 un déficit de entre el 0,5% y el 0,9%, con un impacto del COVID-19 «totalmente compensado por las transferencias del Estado».
Según el informe sobre la ejecución presupuestaria, deuda pública y regla de gasto 2020 de la región elaborado por este organismo y recogido por Europa Press, este resultado se derivaría, por un lado, de un crecimiento de los gastos sobre el nivel de 2019 entre el 10% y el 12% con aumentos superiores en los gastos corrientes asociados a la COVID-19, especialmente sanitarios.
Debido a la caída estimada en el PIB regional, los empleos aumentarían su peso en el mismo entre 3,3 y 4,2 puntos, según el escenario considerado.
Por otro lado, se prevé un aumento en los ingresos del 15%, condicionado por las transferencias del Estado, tanto del sistema de financiación como del Fondo COVID-19, con lo que su peso en el PIB regional aumentaría entre 4 y 4,5 puntos.
Sin el impacto del COVID-19 y las transferencias del Estado, el saldo que previsiblemente hubiera alcanzado la comunidad en 2020 sería del -1,0% del PIB actualmente estimado.
Dos puntos del PIB regional
La estimación de la AIReF indica que la crisis sanitaria puede suponer en la comunidad un impacto entre 1,6 y 2 puntos del PIB. El elemento fundamental de cambio en las perspectivas para 2020 ha sido la estimación del impacto del COVID-19, basada en el aumento esperado en el gasto sanitario, las medidas adoptadas en otros ámbitos y la pérdida de ingresos prevista por la caída de la actividad económica.
En este impacto no está considerada la implantación del Ingreso Mínimo Vital (IMV), para el que la comunidad no dispone de previsiones a la fecha, pero sí incluye el efecto estimado por la comunidad de medidas de educación para el curso que viene.
En todo caso, las transferencias que la comunidad percibirá del Estado a través del Fondo COVID podrían suponer más de esos dos puntos.
Caída de la actividad
El impacto de la caída esperada de la actividad económica puede suponer un mayor déficit entre 3 y 4 décimas del PIB regional, según este organismo independiente.
En cuanto a la deuda, la AIReF estima que el nivel de deuda en la Comunidad Autónoma podría oscilar entre un 38,7 y un 40,2% del PIB, afectado tanto por la caída del PIB regional como por factores fiscales ajenos a la crisis.
Las perspectivas económicas empeoran para 2021 y 2022, ya que los recursos del sistema podrían experimentar una caída hasta el 14% respecto a las cuantías abonadas este año.
A ello se une la caída de ingresos por la no reiteración de transferencias extraordinarias de 2020 que determina una variación negativa del conjunto de los ingresos entre el 16% y el 19%.
Según los cálculos de la AIReF, en un escenario de corrección anual del déficit de 0,25 puntos de PIB desde 2021 hasta alcanzar el equilibrio presupuestario, se estima que regresar al nivel del de deuda del 34,9% registrado a finales del año 2019 requerirá al menos dos décadas.