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29 noviembre 2025
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En Bruselas, las «frites» no sólo se comen: también tienen su museo

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En pleno corazón de Bruselas, a dos pasos de la Grand-Place, se acaba de inaugurar el Frietmuseum Brussels. Este espacio inmersivo e interactivo de 900 m² rinde homenaje a un símbolo nacional y gastronómico: las patatas fritas belgas, las celebérrimas «frites».

El Frietmuseum Brussels propone un recorrido original y muy divertido a través de la historia y las tradiciones de sencillo manjar. Distribuido en tres plantas, el recorrido con audioguía -disponible en 11 idiomas- comienza en los Andes peruanos, cuna de la patata, y viaja a través de continentes y siglos hasta aterrizar en Frietland, un espacio dedicado exclusivamente a las auténticas patatas fritas belgas.

Con más de 1.600 objetos expuestos, el museo ofrece una combinación única de pedagogía y entretenimiento. Entre huacas precolombinas, carteles antiguos, juegos interactivos y freidoras de época, el visitante puede descubrir desde las raíces agrícolas del tubérculo hasta los secretos del crujido perfecto.

Los visitantes más curiosos descubrirán por qué las patatas fritas belgas se diferencian de sus primas francesas, explorarán sus vínculos con la cultura popular y podrán incluso posar para la foto frente a una tienda de frituur, en medio de una cosecha de patatas o al lado de un cono XXL de patatas fritas.

La visita culmina, por supuesto, con una deliciosa degustación: un cucurucho de patatas fritas cocinadas al estilo tradicional, en grasa de vacuno belga o aceite vegetal, servido en una encantadora recreación de un parque típico bruselense.

Impulsado por Eddy Van Belle -el mismo creador de Choco-Story, el museo del chocolate-, el Frietmuseum Brussels encuentra su lugar justo frente a su museo hermano en la Rue de l’Étuve.

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