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19 abril 2024
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En el banquillo por convertir su matrimonio en una tortura constante sobre su mujer

Juzgan este martes a un individuo que sometió a continuas prácticas vejatorias sexuales a su mujer en Albacete. A ella le han quedado como secuelas síndromes psiquiátricos y trastornos neuróticos.

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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete tiene previsto juzgar este martes 11 de febrero a un acusado de un presunto delito de abuso sexual con acceso carnal, otro de violencia en el ámbito familiar y otro de lesiones hacia su pareja, por los que el Ministerio Fiscal le pide una pena de 15 años y medio de prisión, 14.000 euros de indemnización y 14 años y medio de prohibición de contactar o comunicarse con la víctima.

En el escrito de acusación de la Fiscalía se relata que el acusado y la víctima estuvieron casados diez años y mantuvieron otros diez años previos de relación, hasta mayo de 2013, cuando se divorciaron.

La Fiscalía plantea que prácticamente durante todo ese tiempo de relación, el acusado sometió a la víctima a constantes insultos, desprecios, descalificaciones y humillaciones, tanto en el domicilio familiar como, a veces, en la calle.

Asimismo, durante toda la convivencia y, especialmente, en los últimos dos años previos al divorcio, el acusado le insultaba y gritaba y convirtió las prácticas sexuales que mantenían en un trato «absolutamente vejatorio» para la esposa.

Debido al clima de control en el que la mujer vivía y a la absoluta dependencia emocional que tenía del acusado, asegura el escrito de acusación, y para evitar que su marido la abandonara, accedía a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. De esta manera, el acusado la obligaba a realizar prácticas sexuales desagradables de forma habitual, amenazándole con abandonarla si no lo cumplía.

A consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió estrés postraumático crónico, pensamientos recurrentes y conductas evitativas con crisis de ansiedad diarias, y de tratamiento consistente en psicofármacos y terapia psicológica. Le han quedado como secuelas síndromes psiquiátricos y trastornos neuróticos.