El Gobierno de Castilla-La Mancha ha planteado este lunes, en una reunión con los responsables del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la «liberación selectiva» de peaje en dos tramos de la R-2. Es esta una vieja pretensión para amortiguar el creciente tráfico vinculado a la logística tanto en la carretera de Fontanar como en la N-320 en su tramo más próximo a Cabanillas del Campo y Quer. Hacia y desde Madrid habría que seguir pagando los alrededor de 3 euros que cuesta actualmente cada recorrido.
La gratuidad se plantea, de nuevo, como una alternativa ante el retraso de décadas que está teniendo la reclamada variante de la A-2 en Guadalajara, que aún carece incluso de estudio técnico. Presumiblemente, los tramos que se puede llegar a conseguir se queden sin peaje serían los existentes entre Cabanillas y el entronque, ya en Marchamalo, con la Ciudad del Transporte.
La logística, clave
Expresamente, según han confirmado desde la Administración regional se ha planteado «liberar el tramo entre la A-2 y Cabanillas del Campo para convertirlo en variante de la A-2; así como el tramo de enlace de esta vía con la CM-101, incluyendo en los Presupuestos Generales del Estado la compensación a la empresa pública en caso de ser necesario. Con esta última actuación, se facilitaría el acceso de vehículos pesados a la Ciudad del Transporte y Puerto Seco que está promoviendo el Puerto de Tarragona».
Para defender la propuesta, desde la Junta se argumenta que este tramo de 5 kilómetros tiene una incidencia «mínima» sobre la rentabilidad económica para el Estado de la R-2 y que «no requiere prácticamente de obras de adaptación».