Cuanto más se pisa, mejor. Hablamos de esas plantas que en la mañana de este domingo marcan el itinerario de la procesión del Corpus en la capital alcarreña. Todo un remolque de cantueso ha sido esparcido meticulosamente, con paciencia, por un grupo de operarios, protagonistas discretos en su labor pero tan importantes como todos los demás.
Son los mismos que, previamente, habían hecho acopio de esta aromática en una finca próxima a Usanos. En sus brazos el buen observador, mientras ellos trabajaban, podía ver las «heridas de guerra» producidas en la recogida de esta otra alfombra, la más aromática, imprescindible para reconocer y sentir la gran fiesta del Cuerpo de Cristo en la ciudad.
Los cerros se resistían a desprenderse de este tesoro que, siempre puntual, está aquí para pisarlo y olerlo. ¡Qué lujo cuando Guadalajara huele a cantueso!
