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22 noviembre 2025
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Un castillo muy especial te espera con las puertas abiertas: Château de Losse

El Château de Losse vuelve a abrir sus puertas y nos descubre la singular historia del Cofre de Nuremberg, que LA CRÓNICA te explica. Robada su llave en 2024, han pasado muchos meses azarosos hasta encontrar una solución. Pequeñas grandes historias contemporáneas, que merecen ser leídas, de una de las regiones más hermosas de Francia.

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Hay castillos en Castilla, castillos en el Loira… y también los hay, muchos, si sumamos los de Dordoña y el Perigord, en algunas de las más hermosas y rurales tierras de Francia.

Por eso, y por la querencia al buen trato recibido hace años, desde LA CRÓNICA nos acordamos de la venerables pero brillantes piedras del Château de Losse, tan conocido por su historia como por sus jardines, en un conjunto que propicia el disfrute familiar.

Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

Este Domingo de Resurrección el recinto ha reabierto sus puertas para una nueva temporada… y con sorpresas.

Pronto llegarán las veladas nocturnas, esas «Soirées Étoilées» que tanto gustan y que serán siete en total durante el próximo verano. Pero disculpará el lector que a uno le haga especial ilusión reseñar una anécdota, entre humana e histórica, sobre todo por haber podido conocer bien a la víctima muda y centenaria del despropósito.

En agosto de 2024, manos desconocidas robaron la llave de una auténtica caja fuerte medieval, con forma de baúl, que constituía hasta ese momento una de las atracciones clásicas de la fortaleza por su complicado mecanismo, que garantizaba el transporte de las riquezas de la casa incluso por los caminos más peligrosos, al ser imposible de abrir. Salvo para el poseedor de la llave, claro está.

A falta de llave, resultaba imposible volver a abrir el Cofre de Nuremberg. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

En este video de LA CRÓNICA, previo al robo, podemos recordar cómo era la llave original, el procedimiento para su uso y comprobar, además, el complicado mecanismo del interior:

Robada la llave y nunca recuperada, ha habido que encontrar al artesano capaz de hacer, sin muestra, una llave para el «Cofre de Nuremberg», que es como se llama el muchas veces centenario baúl acorazado. Lo han conseguido y este 21 de abril se ha podido volver a mostrar el impactante interior del artilugio. Una joya más, recuperada. Los lectores de este diario ya lo sabían, desde mucho antes.

Asómate al castillo de Losse

El castillo de Losse te recibe una vez sorteas el foso que lo rodea. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
El castillo de Losse te recibe una vez sorteas el foso que lo rodea. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

Como decíamos en un anterior reportaje, es bueno dejarse caer por este castillo a última hora de la tarde, sin más compañía que «Sultan», el perro de la finca, y con la ayuda imprescindible del joven Martin de Roquefeuil, que está al cargo de todo.

Estamos en el castillo de Losse, en el cantón de Montignac, distrito de Sarlat-la-Canéda, departamento de Dordoña, región de Nouvelle-Aquitaine, en el corazón de la República Francesa, baluarte de la siempre indecisa Unión Europea… un lugar desde el que mirar con nuestros ojos más allá del tiempo. Para disfrutarlo.

Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

El Renacimiento hecho castillo

«Sultan», el auténtico señor del castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

«Sultan», insistamos, es el dueño y señor del exterior del château. Si el paseo por la finca, con vistas al río Vézere, es un descanso para el alma, el interior nos pone en situación de lo que supuso el Renacimiento aplicado a los señores de esta parte de Francia. Fue una auténtica convulsión, un afán generalizado por rehacer las viejas fortalezas medievales y convertirlas en lo que hoy se ve: feudos de la civilización, no sólo del poder.

Son fogonazos de historia, estancia tras estancia, que se recorren con placer, aunque las fotografías no siempre dan una idea cabal ni del contenido ni del continente:

Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Rincón en los jardines del Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Al fondo de esta maravilla de suelo de guijarros, el Cofre de Nuremberg, en el Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

El château es castillo, no lo olvidemos. Nos lo recuerda el foso de la entrada, aunque ahora quien le encuentra más utilidad es una solitaria gallina, que picotea la hierba del fondo.

La caliza tallada con el criterio renacentista se extiende aquí y allá, mientras que en las salas del interior avanzamos de siglo en siglo, con el recuerdo de sus moradores.

Los jardines, reconocidos por su diseño, incluyen laberintos, cenadores, paseos y una variedad de plantas, incluidas aromáticas.

Castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
El pabellón reconvertido en muy interesante restaurante, en el exterior del castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)
El pabellón reconvertido en muy interesante restaurante, en el exterior del castillo de Losse. (Foto: María Alonso / La Crónic@)

Más castillos, más historias

Cada cierto tiempo, otro castillo de esta misma región salta a la actualidad, gracias a Josephine Baker, nacida en Estados Unidos pero en el Panteón de franceses ilustres el 30 de noviembre de 2021. Para empaparse de su biografía, nada mejor que ir hasta el castillo que compró en 1947 y que convirtió en su casa y en la de sus muchos hijos adoptivos. El château de Milandes es uno de los más significativos, pero hay muchos y muy impresionantes.

Esta región, que seguro que te resulta más conocida por sus cuevas y su trufa, tiene muchos más tesoros a la vista para ti, nunca escondidos. Pero hay que ir y dejarse embrujar por alguno de sus 1.001 castillos.

Los tienes de todos los tipos, desde auténticas fortificaciones a palacios renacentistas o simples casas solariegas. Aquí, sin duda, en la variedad está el gusto, porque cada uno de ellos te ofrece servicios diferentes, tanto para la vista, la sensibilidad histórica y, por qué no, también para tu pasión por la gastronomía.

En estas mismas Ideas para Viajar de LA CRÓNICA te lo hemos explicado con detalle, así que puedes consultarlo.

¿Dónde dormir cerca de Losse? En Thonac

Thonac es la elección más acertada para hacer noche antes o después de ver el castillo de Losse y, sobre todo, si lo que se pretende es conocer Lascaux o cualquiera de las innumerables grutas que por toda esta zona conservan arte parietal desde el Paleolítico y que merecen visita detallada.

Y en Thonac, no hay duda: hay que acudir al Hotel Archambeau. Es un placer disfrutar de uno de sus coquetos y bien surtidos apartamentos o de una habitación más sencilla, todo en un entorno casi mágico y, sobre todo, muy cuidado. Su propietario, además, se esforzará por hablarte en español. Todo, en un pequeño pueblo que apenas ronda los 300 habitantes.


Más información sobre la región: