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25 abril 2024
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Un mes después, seguimos aplaudiendo en los balcones

En Guadalajara, cualquier barrio de la capital y los pueblos de la provincia se ha convertido en una cita mayoritariamente seguida.

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Los balcones y las ventanas de las calles españolas se han vuelto a llenar de aplausos y ovaciones para los sanitarios y profesionales de los servicios básicos que combaten cada día la pandemia del coronavirus.

Con el aplauso colectivo de este miércoles, se han cumplido 33 días consecutivos de homenaje y apoyo también para los enfermos de Covid-19. La iniciativa se convocó por mensajes en ‘WhatsApp’ el sábado 14 de marzo, ese día a las 22.00 horas y después a las 20.00 horas para que pudieran sumarse niños y mayores, para agradecer a los profesionales que siguen trabajando diariamente su lucha en la crisis sanitaria.

En Guadalajara, cualquier barrio de la capital y los pueblos de la provincia se ha convertido en una cita mayoritariamente seguida… a la espera de ver cada tarde por quién es correspondida. Así, Policía Nacional, Policía Local. Guardia Civl, Protección Civil, ambulancias del SESCAM, GEACAM, autobuses urbanos… y hasta repartidores de pizzas responden desde sus vehículos a los aplausos de los vecinos.

Porque, de hecho, la cita ha servido para unir a vecinos y entablar conversaciones, incluso juegos de bloque a bloque en las grandes ciudades, y ha ayudado a transmitir cierta sensación de compañía en la soledad que asola muchos municipios de la España rural.

A lo largo de estas semanas, muchos profesionales de la sanidad y otros trabajadores de los servicios de emergencia han querido devolver al agradecimiento, con aplausos recíprocos, sirenas y pitos desde los coches y mensajes en redes sociales.

No obstante, la convocatoria diaria de las 20.00 horas no es el único momento del día en el que suenan aplausos para los colectivos sanitarios y en ciudades como Madrid, la más afectada por el Covid-19, las llegadas de ambulancias y personal sanitario a las casas para prestar atención a los enfermos o hacer las pruebas de detección del virus son recibidas en muchas ocasiones por aplausos y ánimos espontáneos de los vecinos.