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26 marzo 2024
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A la venta el castillo de Cogolludo por 500.000 euros, con parcela edificable

El Ayuntamiento de la localidad se ha mostrado interesado en adquirirlo y recuperarlo para sus vecinos, siempre y cuando el precio de venta se adecúe a los recursos del municipio.

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Los vecinos de Cogolludo han descubierto con «sorpresa» que su castillo, reconocido como Bien de Interés Cultural, está a la venta a través de un portal inmobiliario en Internet por 500.000 euros.

Según se puede comprobar en la citada web, el propietario lo promociona a partir de la posibilidad que tiene de edificar en la parcela. Concretamente, alude a que se venden parcelas, ambas colindantes.

La primera de ellas, en la que se asientan los restos del castillo, «tiene una superficie en torno a 1.300 m², parcela que se ha recalificado como urbana con uso de vivienda o terciario. La edificabilidad está en torno a los 1.800 m²», sostiene.

La segunda parcela, con una superficie de 37.567 m², «se ha recalificado una parte al lado del castillo de 9.564 m² para uso terciario». El vendedor, además, ofrece a los interesados «presupuestos de consolidación e intervención arqueológica, así como información de subvenciones al proyecto y costes de obra».

Como ventaja añadida, y pintoresca, se detalla que el inmueble está exento de certificado energético, aunque sea por razones obvias.

El Ayuntamiento, interesado si hay rebaja

El Ayuntamiento de la localidad se ha mostrado interesado en adquirirlo y recuperarlo para sus vecinos, siempre y cuando el precio de venta se adecúe a los recursos del municipio.

«La cifra que podría ofrecer el Consistorio está muy lejos de la cantidad que actualmente pide su propietario», ha indicado en nota de prensa el Consistorio. Consideran que, en caso de comprar el castillo, una fortaleza militar que lleva en ruinas 210 años, lo primero que habría que hacer es una excavación y una consolidación, lo que requeriría de una fuerte inversión.

«Serían actuaciones necesarias. La primera, para conocer en profundidad el edificio y su origen, y la segunda para preservar los vestigios que aún se conservan, así como para evitar peligros de derrumbe y por supuesto salvaguardar la integridad de las personas, que es lo más importante», ha razonado el alcalde de Cogolludo, Juan Alfonso Fraguas.

No obstante, el Ayuntamiento no pierde la esperanza de que la propiedad se replantee reducir el precio y llegar a un acuerdo para que los vecinos de Cogolludo puedan recuperar un edificio emblemático de su historia.

Las ruinas del castillo de Cogolludo se alzan sobre la villa, fiel al carácter defensivo que tenía en la Edad Media.

Atalaya sobre el caserío de Cogolludo desde el siglo IX

Tras la Conquista Cristiana de Toledo en 1085, el Rey Alfonso VI otorgó el fuero de Cogolludo en 1102, uno de los primero fueros conocidos de la Trasierra, con lo que se establecían condiciones favorables para Repoblación de la Villa con pobladores provenientes del Norte de Castilla.

El castillo de Cogolludo de planta pentagonal, posee torres cilíndricas en sus ángulos, todas ellas en bastante mal estado de conservación incluso con torres prácticamente desaparecidas. Existe, además, un torre hueca cuadrada, conocida como ‘torre de la campana’, origen de la fortaleza en el siglo IX, históricamente muy interesante con media cúpula de ladrillo en su interior.

La orden de Calatrava recibió el Castillo a finales del siglo XII, en el siglo XIV pasó a ser propiedad de Diego Hurtado de Mendoza y, ya en el siglo XV, el duque de Medinaceli lo incorporaría a sus títulos de marqués de Cogolludo.

El castillo, que tiene una planta de aproximadamente 800 metros cuadrados y, aunque no funcionaba como elemento defensivo desde el siglo XVII, tenía un funcionamiento oficial, ya que se nombraban los sucesivos alcaides de la fortaleza. El último de ellos, tomó posesión de su cargo en 1790.

El castillo fue destruido parcialmente durante la Guerra de la Independencia contra los franceses en el año 1810, quedando como se ve en la actualidad. En el año 1949, todos los castillos de España quedando oficialmente protegidos. No obstante, muchos de ellos, son propiedades privadas, y, como tal, sus propietarios los pueden poner a la venta.

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