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28 marzo 2024
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La alcaldesa de Majaelrayo se harta y protesta

Durante las fiestas ya se vieron obligados a celebrar la misa en la calle "porque no entraba la gente". "Es Navidad y seguimos en la misma situación". "Si la iglesia fuese del pueblo ya estaría arreglada. No pasaría lo mismo si fuese la catedral de Sigüenza", asegura contundente la alcaldesa de Majaelrayo.

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La iglesia de Majaelrayo lleva tres años con los andamios plantados, e inamovibles, en su interior. La alcaldesa de esta pequeña localidad de la Sierra Norte de Guadalajara, Sonia Atienza, pide al Obispado y a la Diputación Provincial que participen económicamente en el arreglo y que acometan cuanto antes las obras. Desde 2019 solo se puede utilizar la mitad del templo. «Los vecinos estamos hartos», afirma.

«La gente está ya cansada y no hace nada más que preguntarme qué pasa con la iglesia y cuándo se terminarán las obras para poder celebrar la misa en condiciones», declara esta alcaldesa, muy «cabreada» porque durante las fiestas ya se vieron obligados a celebrar la misa en la calle «porque no entraba la gente». «Es Navidad y seguimos en la misma situación».

«Necesitamos que se acometan ya obras para poder sacar a los santos, ya que tenemos algunas imágenes guardadas en la sacristía por no tener espacio», abunda Atienza, quien solo quiere que los vecinos puedan asistir a misa y a las celebraciones con normalidad.

Con licencia, pero sin obras

«Ahora solo tenemos cuatro bancos puestos para que el cura, al menos, pueda celebrar la Eucaristía», señala Atienza.

La regidora de este pequeño municipio de la Arquitectura Negra de Guadalajara, de apenas 57 habitantes censados, pero que incrementa su población en fechas señaladas y en fines de semana, se ha dirigido a responsables de la Diócesis para interesarse, y aunque le dijeron ya hace varios meses que comenzarían pronto y también cuentan con la licencia de obras del Ayuntamiento, «todo sigue paralizado y aquí no viene nadie».

Los trabajos que tienen que realizarse en el interior del templo consisten en la reparación del artesonado y en la sustitución de la teja de cemento por teja de pizarra.

El pueblo lleva años demandado esta obra, una «pelea» que afronta en primera persona esta alcaldesa, con el deseo de que cuanto antes se acometa el arreglo. «Si la iglesia fuese del pueblo ya estaría arreglada. No pasaría lo mismo si fuese la catedral de Sigüenza», asegura contundente Atienza.


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