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20 abril 2024
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La tecnología que nos ayudará a vivir mejor se investiga en Alcalá

El grupo GEINTRA de la Universidad de Alcalá mira al futuro uniendo tecnología e innovación para la mejora de la sociedad. Álvaro Hernández Alonso, coordinador del grupo de investigación del departamento de Electrónica de la Universidad de Alcalá, da a conocer las múltiples acciones que plantean los profesionales especializados en espacios inteligentes y sistemas de transporte.

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El futuro ya está aquí o, por lo menos, sus primeros pasos. Las próximas vías de desarrollo y tecnificación de nuestras sociedades comienzan en los laboratorios en los que se idean y prueban mecanismos de inteligencia y sistemas sensoriales que cuidan, mejoran, protegen, y automatizan en áreas tan variadas como la sanitaria, social o industrial. El grupo de investigación GEINTRA (Grupo de Ingeniería Electrónica Aplicada a Espacios Inteligentes y Transporte) se dedica a progresar en este sentido gracias a la cooperación de 23 profesionales del departamento de Electrónica de la Universidad de Alcalá que hace más de dos décadas fundaron este espacio, bajo la coordinación actual de Álvaro Hernández Alonso.

Álvaro Hernández, catedrático de la UAH y especialista en diseño electrónico, reseña varios de los proyectos que en la actualidad desarrollan los investigadores con relación a los espacios inteligentes o a los sistemas de transporte. «En estas dos grandes áreas se utilizan distintas tecnologías y sistemas sensoriales para diseñar y probar soluciones en distintas problemáticas que se sitúan en el mercado, la sociedad o en investigación fundamental», detalla. Con el soporte de una financiación tanto pública como privada, establecen distintos acuerdos con empresas y organismos tanto de ámbito nacional como europeo interesadas en aplicar estas novedosas propuestas.

En una primera área, la de espacios inteligentes, hay distintos proyectos que se dedican a cuestiones sociosanitarias. Entre ellos, destacan aquellos que «convierten una vivienda o lugar público en un espacio inteligente mediante la sensorización y monitorización de estos hogares».

Dependencia, sanidad y transporte como áreas de intervención

El investigador enseña que esto es posible a través de la habilitación de diversos sistemas sofisticados, y mínimamente invasivos, tales como los detectores de presencia, los sistemas de radiofrecuencia en forma de wifi o bluetooth, los sensores de temperatura o el registro del consumo eléctrico con contadores inteligentes. Así, se analizan las conductas de las personas en situación de dependencia. Por ejemplo, se sabría si siguen una dieta regulada, según las veces que encienden la vitrocerámica para cocinar o se lavan los dientes, o si tienen un sueño prolongado y tranquilo al no detectar ninguna otra actividad durante la noche. «El envejecimiento de nuestra sociedad es un hecho y la dependencia de algunos familiares tiene un gran impacto social», subraya el experto.

Estos sistemas, los cuales se han instalado en proyectos que mantienen con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y del plan nacional, como los proyectos PoMFrailCheckEYEFUL, «dan una serie de resultados que pueden ser útiles tanto a la familia, a los cuidadores o, incluso, a los especialistas médicos que siguen la evolución de sus pacientes, poniendo el caso de personas mayores con deterioro cognitivo leve o personas con trastornos psicológicos que habiten en un piso tutelado. De esta forma, impulsamos la vida independiente de estas personas». Asimismo, otra aplicación es la que se desarrolla en colaboración con el grupo de investigación de Fisioterapia HIPATIA: «Esos mismos sensores pueden servir para evaluar terapias rehabilitadoras en pacientes con algún tipo de lesión, y de esta manera proporcionar al especialista una información fidedigna con estos aparatos en los que subyace las tecnologías sensoriales infrarroja, ultrasónica, inercial y de radiofrecuencia».

En cuanto al área de sistemas de transporte, Álvaro Hernández explica que se trata de localizar y ubicar robots, o drones, en espacios interiores al estilo de las naves logísticas, presente en los proyectos MICROCEBUS y GUIA. «En estos espacios, los robots deben moverse de forma más o menos autónoma, pero sin la disponibilidad de GPS, así que esto da otra oportunidad a los sensores que comentábamos, donde la algoritmia puede ser similar en ciertos casos». Estas mismas propuestas se pueden aplicar en infraestructuras y medios de transporte, incluso en lugares públicos en general, en los cuales, en caso de peligro, se pueden adelantar las posibles vías de desalojo en situaciones de emergencia que provoquen avalanchas humanas, como el proyecto europeo PALAEMON. Por otro lado, parte del grupo GEINTRA está centrado en la investigación de sistemas automatizados e inteligentes para el ámbito ferroviario. El objetivo general es mejorar la seguridad tanto de infraestructuras y material rodante como de pasajeros y carga. Actualmente colabora con empresas del Railway Innovation Hub (Enyse e Inabensa).

El profesor de la UAH añade que los compañeros también trabajan en el desarrollo de la visión artificial en laparoscopia, en el proyecto ATHENA, consiguiendo una herramienta que provea al cirujano durante el transcurso de la operación de la información médica completa y detallada del paciente. «Otra línea ligada a los sistemas sensoriales ultrasónicos se centra en la ecografía, perteneciente al proyecto SARUS. Sensores y técnicas similares en cierto modo a los que utilizamos para localizar el robot en una nave industrial o para hacer un sistema de monitorización de una persona con cierto grado de dependencia pueden tener su aplicación en el mundo de la ecografía», detalla.

La puesta en común de las indagaciones y resultados de la comunidad científica nacional propició la formación de la Red REPNIN (Red de posicionamiento y navegación de interiores). Esta red de excelencia está compuesta por la Universidad de Alcalá, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universitat Oberta de Catalunya, la Universidad de Extremadura, la Universidad de Deusto, la Universidad de Granada, la Universitat Jaume I, la Universidad de Murcia, la Universitat Autònoma de Barcelona, y el Centro Tecnológico de Comunicaciones de Galicia, las cuales aúnan fuerzas en favor de la mejora de esta disciplina, en la que el catedrático de la UAH José Luis Lázaro Galilea es el investigador principal.

Colaboración entre humanos y sistemas automatizados

En un mercado cada día más digitalizado, la función de los robots incrementará hasta alcanzar el 50% de las tareas, según el Foro Económico Mundial (WEF), dando y creando puestos de trabajo que apenas se anticipan. «La mayoría de estos sistemas no vienen a sustituir el trabajo manual de nadie, sino que vienen a ayudar, muchas veces con análisis más profundos o precisiones más elevadas en las distintas tareas involucradas. Las soluciones tecnológicas no suelen suponer un cambio drástico e inmediato; aunque sí se producen cambios generacionales puesto que la tecnología proporciona soluciones y mejoras que hacen que el perfil del trabajador evolucione», declara.

Una preocupación generalizada a raíz de los miles de publicaciones en medios de comunicación es la protección de los datos personales, al contrario de lo que ha sucedido en la desvelación en empresas como Facebook: «En nuestros proyectos los datos están completamente anonimizados, no se puede hacer una correlación entre estos y las personas. Además, los proyectos poseen unas garantías éticas y de protección de datos acordes a la legislación vigente. La ética va en nosotros como individuos y, si eso falla, ha de haber una legislación adecuada que delimiten los usos de estos sistemas».

Sin embargo, y a pesar de los esperanzadores desarrollos de esta tecnología, hay un problema que subyace a toda investigación: la financiación. Estas incubadoras de conocimiento se irán implementando poco a poco en la rutina de la ciudadanía, aunque el ritmo, advierte el especialista, está marcado por el interés que susciten en las instituciones públicas y entidades privadas. »España está bien posicionada en el ámbito de la ciencia y la innovación, aún con la escasa inversión que realiza en comparación con los países del entorno. Aquí hay muy buenos profesionales con relevancia tanto a nivel europeo como internacional, son quienes tienen el mérito, a pesar de que nos hayamos acostumbrado, tristemente, a la falta de una financiación adecuada. Esa es la gran preocupación de cualquier grupo de investigación», lamenta el doctor.

Luchando con estos contratiempos, Álvaro Hernández ve cumplida una de sus grandes vocaciones: la enseñanza. «Yo era un docente vocacional y, después de terminar mis estudios universitarios, me interesó la investigación. Aquí, en la UAH, tengo la oportunidad de compaginar ambas cosas. Es muy gratificante seguir el aprendizaje del alumnado». Para el científico es fundamental la formación y la transferencia de conocimiento al estudiantado que está en los distintos grados de la UAH como la primera tarea de divulgación científica que realizan desde el grupo GEINTRA: «Formamos futuros profesionales, además de participar en congresos y actividades culturales como la Semana de la Ciencia y la Innovación o la Mobile Week Alcalá, con las que sembramos futuras vocaciones y creamos sinergias con la sociedad».

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