La Guardia Civil ha sorprendido a dos personas, ambos marroquíes, en las aulas de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico de Guadalajara, mientras utilizaban medios técnicos sofisticados para intentar cumplimentar los test sin tener conocimientos ni preparación para ello.
Captaban imágenes y las enviaban fuera del recinto, mientras que el examinando recibía instrucciones de voz con las respuestas correctas en los exámenes teóricos para la obtención del permiso de conducción de la clase B. Lo sorprendente esta vez es que los colaboradores no estaban ni siquiera en España.
Los agentes observaron que dos de los que se examinaban mostraban un comportamiento susceptible de que pudiera estar produciéndose alguna irregularidad. Esperaron a la finalización de las pruebas para proceder a identificarlos. Fue entonces cuando se comprobó el entramado tecnológico que habían empleado. No tenían relación entre ellos y, en eso sí coincidían, apenas entendían no hablaban el castellano.
Apenas hablaban o entendían el español
Durante la identificación y registro se detectó que los mismos habían utilizado medios técnicos sofisticados destinados a la adquisición y envío de imágenes y recepción de audio, comprobando que no tenían relación entre ellos, así como que ambos presentaban grandes dificultades para entender y hablar el castellano.
Uno de ellos, de 29 años de edad y de nacionalidad marroquí, llevaba una mini-cámara con un pequeño agujero en el jersey para tomar y enviar imágenes de las preguntas a otra persona en el exterior, a través de un módem y un pinganillo. Según manifestó a los agentes, la persona que le facilitaba las respuestas se hallaba en Marruecos.
El otro, de 46 años de edad y de nacionalidad marroquí, utilizaba un sistema con un teléfono móvil sujeto en el pecho con un pequeño agujero en el jersey, para enviar las imágenes y un pinganillo para recibir las respuestas. En este segundo caso, la persona que colaboraba desde el exterior se encontraba en Madrid. Dijo haber pagado 2.000 euros por esa «ayuda».