La noticia se cuenta rápida y sencillamente, quedando todo a la espera de los acontecimientos. Aunque también tiene unos antecedentes, que detallamos.
Por ahora, las normas subsidiarias de El Olivar, pueblo en la Alcarria de Guadalajara, prohíben instalar molinos de viento y huertos solares en el municipio, salvo si son para autoconsumo.
Este mismo lunes, 7 de agosto de 2023, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha pedido a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y al Ayuntamiento de El Olivar que justifiquen la necesidad y proporcionalidad de esta restricción o que la anulen.
A buen seguro, hay otros municipios de la provincia que no perderán de vista el desenlace de este choque de criterios.
De las pequeñas dimensiones de este pequeño pueblo da idea que el más votado de los tres concejales que lo gobiernan desde el pasado 28 de mayo lo fue con apenas 33 votos. Los tres ediles son del PSOE.
Un contencioso con inicio en 2021
En septiembre de 202 llegaba a la CNMC, desde el ministerio de Teresa Ribera, la reclamación de un afectado por el cambio de las normas subsidiarias de El Olivar, proceso que se había iniciado apenas tres meses antes, el 10 de junio.
En tan breve lapso de tiempo ya quedaba registrada la queja por no haber podido instalar una torre meteorológica en el término municipal y se desataba la polémica que ahora continúa.
La decisión municipal implicaba dejar de conceder licencias de obras relacionadas con parques eólicos y huertos solares con motivo del inicio de la tramitación del expediente de modificación de las normas subsidiarias de planeamiento urbanístico (NNSS). El propósito último del Ayuntamiento era prohibir la instalación de nuevos parques eólicos y huertos solares en todo el término municipal.
La modificación de las normas subsidiarias se justificaba en «la proliferación de parques eólicos y huertos solares que
se están instalando en el término municipal», por lo que el Ayuntamiento se veía obligado a actuar para, en primer lugar, que no se viera afectada la imagen turística del pueblo, con un casería y un entorno especialmente cuidado en estas últimas décadas. «La economía se vería afectada por vivir del turismo y de la agricultura (…) Existen nidos de águila perdicera y águila real, además de estar cerca una zona ZEPA como es la Sierra de Altomira», razonaban desde el consistorio, el cual además valoraba que las renovables «no va a asentar población en el medio rural, al contrario, si se produce un decrecimiento en la vitalidad socio-económica, la población se vería obligada a emigrar”.
La decisión final sobre si se impone la autonomía municipal, la normativa autonómica o la unidad de mercado, como se ve, aún no está tomada.