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19 marzo 2024
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Así ha sido la manifestación de Madrid contra la sobreprotección del lobo

"No se puede pretender blindar el estatus legal del lobo, hacerle intocable y que paguemos siempre los ganaderos y agricultores, el sector primario", lamentaba una ganadera presente.

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Alrededor de un millar de personas, entre ganaderos y representantes del mundo rural llegados de muchos puntos de España, se han concentrado este miércoles frente al Ministerio de Transición Ecológica, en Madrid. Han querido así mostrar su rechazo a la intención del Ejecutivo de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespe).

La concentración, que se ha celebrado bajo el lema ‘Y a los ganaderos, ¿quién los protege?’, había sido convocada por la Plataforma en Defensa de la Gestión del Lobo ‘Ganader@ Viv@’, que engloba a más de 30 asociaciones del mundo rural de todo el país que este miércoles han llenado la Plaza San Juan de la Cruz de Madrid. En ella han participado ganaderos y representantes de asociaciones de Guadalajara.

Durante la concentración se han podido ver pancartas con el lema de la protesta, ‘Y a los ganaderos, ¿quién los protege?’, así como otras en las que podía leerse ‘Morimos sufriendo, nos mataron a dentelladas’ y algunas con imágenes reales de animales atacados por lobos.

Según alertan desde la plataforma, la decisión de incluir al lobo en el listado de especies protegidas podría hacerse efectiva antes del 25 de septiembre si la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, continúa adelante con su proyecto de Orden Ministerial, en el que estos colectivos piden que «dé marcha atrás» y se siente a negociar con todos los afectados.

Criterios ideológicos, no científicos

El periodista Juan José Santacana ha sido el encargado de presentar esta concentración, en el que se ha leído un manifiesto que esgrime diez motivos para rechazar la inclusión del lobo en el listado de especies protegidas, que pasan por las consecuencias económicas y emocionales para los ganaderos o el estrés para los animales, el impacto al ecosistema o la desprotección de los profesionales del campo.

En concreto, este manifiesto defiende que la inclusión de lobo como especie protegida «en ningún momento atiende a razones de conservación ni a información científica alguna», sino que lo achaca «a criterios ideológicos y presiones de organizaciones ecologistas».

Además, el manifiesto argumenta que el actual modelo de conservación del lobo «ha sido un total éxito de conservación para la especie», ya que su población ha crecido tanto en ejemplares como en superficie de distribución, ya que según los datos que aporta esta plataforma, España es actualmente el segundo país europeo con mayor población de lobos, que cifran en más de 300 manadas y 3.000 ejemplares.

En el manifiesto, esta plataforma defiende que la ganadería extensiva es «una de las fuentes de riqueza más importantes para la biodiversidad y el mantenimiento del ecosistema», así como para la supervivencia de la ‘España vaciada’, pero sin embargo «es el sector más afectado por los ataques del lobo».

También aluden a las «enormes pérdidas económicas» que provocan los ataques de lobo a los ganaderos, así como las consecuencias emocionales para el trabajador y las «situaciones de estrés» para el resto de animales de la ganadería atacada, entre otros aspectos.

No hay peligro de extinción

Durante la concentración, la portavoz de la Plataforma en Defensa de la Gestión del Lobo ‘Ganader@ Viv@’ y ganadera Merche Fernández ha aseverado que «el lobo no está en peligro de extinción, y no hay ningún estudio científico ni técnico que lo avale», sino que esa decisión obedece a «un tema social y patrimonial».

En ese sentido, Fernández ha alertado de que en el momento en el que lobo entre en el listado de especies protegidas, «el lobo vivirá», pero los ganaderos «estarán hundidos», ya que se podrá incrementar lo que ocurre en la actualidad, que «todos los días están «sufriendo ataques de lobos la gente que tiene ganadería extensiva, sobre todo en la zona norte del Duero».

«Cuando no le toca a uno, le toca a otro, y cuando no, le toca a tres el mismo día», ha asegurado esta ganadera a Europa Press, quien ha señalado que ahora mismo existe un censo de lobos «bastante considerable», y ha alertado de que «ya no está matando como antiguamente, para alimentarse», sino que ahora «hay más población, necesita más alimento, y ahora mata por matar».

Ante estos ataques «no sirve de nada que te indemnicen», ha lamentado Merche Fernández, quien ha mostrado su esperanza en que el Ministerio de Transición Ecológica vea el «daño en el campo» que puede hacer la protección del lobo, y de marcha atrás en esta decisión, que supone «un avasallamiento» a los ganaderos.

«Queremos trabajar con dignidad», ha reafirmado Fernández, quien ha aseverado que «no va a venir a decirnos nadie, ni animalistas ni ecologistas, qué tenemos que hacer para cuidar el campo», ya que son los que viven «del, para y en el mundo rural».

Intervención de Pedro Barato

También ha intervenido en esta concentración el presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, ha reclamado que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, «entre en razón» y atienda a las comunidades autónomas que tienen el 90 por ciento de los lobos en su territorio «y a lo que no les está haciendo ni casa».

«Queremos que la ministra atienda a los representantes legítimos de los ganaderos, y que se empiece desde cero», ha señalado Barato en declaraciones a Europa Press, quien ha reclamado que la publicación de esta orden sobre la protección del lobo «no salga adelante» sino que se elabore «entre todos» la estrategia de la conservación del lobo.

Para el presidente de Asaja, «la ministra pretende proteger al lobo y desproteger a los ganaderos y a la ganadería», tras lo que ha resaltado que en 2019 y 2020, se registraron 10.000 ataques de lobos a animales, y provocaron unas pérdidas de unos 9,5 millones de euros.

Por todo ello, Pedro Barato ha defendido que la ministra de Transición Ecológica «tiene que dar marcha atrás en la publicación de la orden», y sentarse con todas las partes afectadas para diseñar una estrategia del lobo, «ya que ahora mismo los que están sentados son los que ni sufren, ni tiene ninguna historia directa con el lobo».

Interés sectario

Por su parte, una de las asistentes a esa concentración es Marta García, ganadera de Cantabria, quien ha defendido su «derecho a poder trabajar libremente y dignamente», y ha alertado de que con la protección de este animal, el Ministerio de Transición Ecológica y del Reto Demográfico «pretende hacer al lobo intocable».

Una decisión que, a juicio de Marta García, «responde a una cacicada» y a un interés «ideológico y sectario», ya que se ha tomado «sin ningún criterio científico, porque pretenden proteger a una especie sin saber los lobos que hay en España, ni dónde pueden estar».

Según ha explicado Marta García en declaraciones a Europa Press, su ganadería sufrió el pasado año 13 ataques de lobos, y en lo que va de año, van 7 ataques, tras lo que ha reafirmado que «no podemos trabajar para dar de comer al lobo», sino que los ganaderos trabajan «para dar de comer a la sociedad, producimos alimentos para que la sociedad pueda comer, pero no para dar de comer a lo lobos».

En ese sentido, García ha relatado que «los ataques del lobo no se pueden cifrar económicamente, porque está el valor emocional», ya que se ataca a animales «que nacen en casa, que se crían en casa, que tienen un valor genético y son razas en peligro de extinción».

«No se puede pretender blindar el estatus legal del lobo, hacerle intocable y que paguemos siempre los ganaderos y agricultores, el sector primario», ha lamentado esta ganadera, quien ha reafirmado que la convivencia con el lobo «pasa por un control poblacional» de esta especie, que recoge los planes de gestión de las comunidades autónomas.

Por eso, Marta García ha considerado «cuanto menos un despropósito y una cacicada», ya que con la intención de incluir el lobo entre las especies protegidas, «la ministra se pone en contra de los gobiernos autonómicos y del sector primario de este país, y se pone a lado de ecologistas y animalistas radicales de sofá».

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