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21 abril 2024
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BELÉN CASTEL / Añoranza del doctor Guijarro

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Inicio mi  escrito con el nombre de RODRIGO , pero incluyo en mi sentir  a todos y cada uno de los traumatólogos  que se han ido con Rodrigo: Mª Jesús Gómez, Fabián Paino, Irene Méndez y Enrique Rojas,  dejando un vacío muy grande  y frío en nuestro hospital  y en nuestra ciudad .

Han pasado ya unos meses , empieza un nuevo año y   cada día  muchas personas os echamos más en falta .

Cada día de trabajo y en cada guardia , esas caras  sonrientes, amables , generosas , que nunca se quejaban (a pesar de estar cansados).

Ese buen hacer el trabajo de cada día,  ese cariño  y sensibilidad con los pacientes y con  los compañeros, esa capacidad de hacer fácil lo complejo y divertido lo agotador…..

Son tantas cosas  las perdidas  con vuestra ida  que cuesta continuar sin vosotros.

Conocí  a Rodrigo Guijarro (quien ha trabajado en el Servicio de Traumatología del Hospital General de Guadalajara durante 27 años , siendo durante 5 de ellos jefe de sección y otros 5 años jefe de servicio) en mi clase de 1º de medicina en Alcalá de Henares  . Nunca olvidaré ese día. Era uno de  los primeros días de clase.

El profesor de física intentaba explicar una cosa de poleas , y casi ninguno lográbamos comprenderlo.

Rodrigo, levantó la mano y con el respeto , la humildad y sencillez que le caracterizan  , preguntó al profesor : “disculpe que le interrumpa.. con todo mi respeto, ¿le importaría que lo explicara yo de otra manera ?. Yo soy un agricultor de  un pueblo de Cuenca  y manejo los tractores. Es más me gustan mucho…¿ podría intentar poner un ejemplo con mi tractor?

El profesor quedó perplejo y la clase también , pensando que quién sería  este tipo tan extraño  que era capaz de interrumpir al profesor en el 1º día de clase y hacer semejante intervención.

Cuando llegó a la pizarra y lo explicó con sus tractores de una manera tan sencilla, descomplejizando  el “lío” que había contado el profesor .. TODOS  (incluido el profesor) nos pusimos de pie y le dimos un gran aplauso.

Rodrigo, persona sencilla, humilde y bondadosa donde las haya, se sonrojó y volvió a decir : “yo , sólo soy un pobre agricultor de un pueblo de Cuenca” .

Ese Rodrigo,  a pesar del paso del tiempo ,no ha cambiado.

A partir de ese momento,  hemos compartido  en este hospital  y fuera de él muchas vivencias ,  muchos pacientes, momentos divertidos, otros complicados y dolorosos… El siempre se ha ofrecido a estar, a acompañar, a ayudar…. No tendría palabras suficientes de agradecimiento hacia él. Generoso, humilde, sencillo, trabajador, estudioso donde los haya , amable,  divertido, agradecido,  muy inteligente, alejado del deseo de poder  o de la omnipotencia. A nivel profesional y  humano, nada cambió en él a pesar de “ser jefe”.

Lo he visto ayudar cada minuto de su día a día a cada paciente , a cada familiar  de sus compañeros de trabajo , a cada compañero……dando las gracias por confiar en él, echando horas y más horas de trabajo cada día con ilusión, alegría y buen humor SIEMPRE , a pesar de haber vivido situaciones terriblemente duras y dolorosas en sus años en este Hospital.

Ha hecho fácil lo difícil y posible lo imposible cuando era jefe de guardia , siempre conciliando y facilitando la comunicación entre nosotros. Es conciliador (y esto escasea  cada vez más en los tiempos que corren), excelente compañero y AMIGO .

Además de un excelente profesional y estudioso de su profesión.

Su parte humana a mí, no me ha dejado de sorprender cada día, hasta el punto de que cada guardia que realizo me escribo en la frente “voy a trabajar como lo  haría Rodri”.

No comprendo qué ha podido pasar , para que Rodrigo se vaya de un hospital que él adoraba y por el que ha luchado tanto y tantos años.

Formó un equipo  de “buena gente” y de maravillosos profesionales  que se han ido también Mª Jesús Gómez, Fabián Paino, Irene Méndez y  Enrique Rojas, todos ellos en la línea descrita de facilitar , trabajar duramente , amabilidad, generosidad, colaboración , buen hacer… todas ellas personas brillantes.

Cuidó, protegió y mantuvo la ilusión de la gente más joven de su  servicio: traumatólogos jóvenes y residentes. Me consta que lo hizo también con muchos otros residentes de otras especialidades.

Me cuesta mucho, a pesar de la experiencia de vida que ya tengo por mi edad , comprender este tipo de cosas . No comprendo cómo se permite la pérdida de personas GRANDES  y de buena gente , que sólo piden seguir trabajando  sin quejarse por AMOR a su  profesión y por AMOR al ser humano, con humildad y entrega.. que lo hacen desinteresadamente.

La función que Rodrigo Guijarro desempeñó, y con él  estos compañeros que nombro, en  la etapa COVID en este hospital, no deberíamos olvidarla nunca.  

Hoy que tras el COVID nuestro sistema sanitario  está desbordado y que hay muchos profesionales quemados y con deseos de abandonar “el chiringuito” y  otros que lo han abandonado ya , no deberíamos permitir la pérdida de profesionales y seres humanos de esta calidad .

Deberíamos apoyarnos en nuestro  colectivo  que ya trabaja en situaciones muy complejas , duras , críticas y extremas , donde tenemos la muerte pegada a los talones, la enfermedad y el sufrimiento  más desgarrador inmersos y presentes cada día de nuestro trabajo. Ya es duro ser sanitario  como para hacerlo todavía más difícil.

Tengo  la esperanza de que podamos TODOS recapacitar  e intentar dar la vuelta a este tipo de cosas. Ojalá situaciones como ésta nos ayuden a pararnos y pensar  en recuperar  el motivo por el que elegimos esta profesión de sanitarios , y nuestra actitud sea colaborativa , en lugar de ponernos trabas. No olvidemos que elegimos  una profesión preciosa y de ayuda a los demás.  .

Yo confío, compañeros  traumatólogos en que volváis a este hospital   VUESTRO, que se ha quedado con un  gran vacío para muchos de nosotros y también para  los ciudadanos de GUADALAJARA.

Gracias AMIGOS Y COMPAÑEROS DE TANTOS AÑOS.

Me mantengo en el objetivo que persigo desde el día en que os conocí de  seguir intentando “parecerme un poquito a vosotros” . Sois un ejemplo a seguir.

No dejéis nunca  de BRILLAR allá donde vayáis.

SEGUIREMOS JUNTOS, por el momento en otros contextos .

Os quiero.

Belen Castel Bernal
Médico psiquiatra del Servicio de Salud Mental de  Guadalajara