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19 mayo 2024
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La chapuza de Miguel Fluiters va a más

La reclamación del Ayuntamiento a la empresa constructora, con un plazo que termina el 12 de mayo, entra dentro de la garantía de la obra, que finalizará el próximo 4 de agosto. El tipo de pavimento utilizado en la calle Miguel Fluiters, que se ha demostrado que no era el idóneo, también iba a ser utilizado en la calle Cervantes, donde ahora se optará por "un firme más adecuado para el tráfico rodado

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Desde los primeros días de 2023, la reforma de la calle Miguel Fluiters pasó a convertirse en algo muy presente para los vecinos de Guadalajara. Primero durante las obras, que duraron meses y no estuvieron libres de sorpresas; más tarde, a la vista del resultado, rabiosamente verde; después, ante la constatación casi inmediata de la nefasta elección del material para la calzada, un caucho que por su color trajo chanzas y preocupaciones por igual. Nueve meses después, el deterioro sigue avanzando.

El tipo de pavimento utilizado en la calle Miguel Fluiters, que se ha demostrado que no era el idóneo, también iba a ser utilizado en la calle Cervantes, donde ahora se optará por «un firme más adecuado para el tráfico rodado, como el utilizado en el arreglo de la calle Arrabal del Agua». Del mismo modo, también se cambió a tiempo el firme previsto en las plazas de Prim y San Esteban.

Esta semana, el concejal de Infraestructuras, Santiago López, ha anunciado que el Ayuntamiento de Guadalajara ha reclamado formalmente a la empresa ejecutora de las obras «la subsanación de todas las deficiencias detectadas que afectan tanto al firme, como a la calzada». De hecho, los actuales responsables resaltan que hay problemas no sólo con la «alfombra» verde, sino también en el acerado, con baldosas levantadas.

La versión del actual concejal

«Es una obra que se ejecutó con tardanza, porque estaba prevista para cuatro meses y se tardó casi un año, en la que luego entraron las prisas para terminar porque llegaban las elecciones municipales y al final la ejecución no fue la correcta, tal y como han determinado los técnicos», enfatizaba este martes López Pomeda, señalando que la reclamación del Ayuntamiento a la empresa constructora entra dentro del plazo de garantía de la obra, que finalizará el próximo 4 de agosto.

«Puesta ya la reclamación a la empresa constructora, ésta tiene dos meses de plazo, que expira el próximo 12 de mayo, para atender la demanda de subsanar las deficiencias, y si no es así, tendremos que actuar evidentemente con otras medidas como puede ser la ejecución de la fianza», ha señalado el concejal a dos semanas de que venza el plazo.

Un material inadecuado

Más de allá de la ejecución de la obra, no termina de estar claro quién fue el responsable de la elección de un material que, en esa ubicación y para el uso pretendido, ha resultado totalmente inadecuado. Formaba parte de un proyecto municipal que, como tantos otros, se ha beneficiado de fondos llegados de la Unión Europea.

Como ya avanzó en su día LA CRÓNICA, en la web del vendedor, una firma murciana, se hace un encomiástico elogio de sus virtudes: «se trata de un tratamiento superficial en frío con excelentes propiedades de fatiga a esfuerzos dinámicos y absorción de impactos, con una alta resistencia al desgaste y buenas propiedades mecánicas. Con este producto, se consiguen absorber los ruidos producidos por la contaminación acústica al tiempo que reduce el NOx, además, su fabricación e instalación generan 0 emisiones de CO2 favoreciendo la descontaminación medioambiental. Todo un avance puesto que, además, se trata de un sistema procedente de la economía circular». Por si fuera poco, insisten en «poner de relieve la propiedad elastomérica de su composición, que permite una altísima reducción del ruido generado cuando se transita por encima de superficies realizadas con este producto, ya que la absorción de la energía del impacto reduce drásticamente el mismo».

Meses después, el entusiasmo va por barrios.

Aquel 27 de junio de 2023…

La fecha del 27 de junio de 2023 ya quedó anotada en este periódico para la pequeña historia de Guadalajara. Seis meses había tardado en reabrirse al tráfico la céntrica calle de Miguel Fluiters, que algunos peatones habían hecho ya suya en las últimas semanas y que desde ese momento tenían que compartir, de nuevo, con los vehículos. Y aunque el roce hace el cariño, el de los neumáticos sobre el caucho lo que empezó a traer rápidamente fue una sombra sobre el suelo y, a las pocas semanas, las pérdidas y desprendimientos del material.

Ya entonces era evidente, además, el deficiente estado que presentaba el intento de arreglo hecho a la altura de Santa Clara. En ese cruce, donde hubo que levantar el material aplicado, la reposición realizada no guardaba relación con el resto, con una parte amenazando desde que se le dio esa segunda oportunidad con terminar de levantarse de nuevo.

Miguel Fluiters en el día de su reapertura al tráfico, el 27 de junio de 2023. (Foto: La Crónic@)

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