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9 abril 2024
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Expulsar población o buscar más población: los GDR no son como los CDR

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"Los GDR se movilizan en Guadalajara". El periodista lee eso en la pantalla del ordenador y del susto casi se cae de la silla. Es lo que tienen los muebles de oficina (que son de natural inestables, por oscilantes) y es lo que tiene el casi coincidir en las siglas con lo que uno no es.

A diferencia de lo que ocurre en Cataluña, donde los CDR (Comités en Defensa de la República) buscan echar al mar a la mitad de los catalanes, en Guadalajara los GDR (Grupos de Desarrollo Rural), lo que pretenden es fijar población en una primera fase, e incrementarla de aquí en adelante, para que haya futuro en las tres cuartas partes de la provincia. ¡Lo que puede cambiar con una letra, válgame Dios!

Adel Sierra Norte; Adac; AdaSur; Fadeta y Molina de Aragón-Alto Tajo promovieron hace escasas semanas el primer Foro de Desarrollo Rural, que se celebró en Sigüenza y ha tenido repercusión casi nacional. Allí se reunieron más de medio millar de personas "para analizar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de nuestro territorio", como recuerdan, merecidamente satisfechos, quienes lo convocaron.

Incrementar en un 25 por ciento el sueldo de los funcionarios en el medio rural (si hay Administración con alegría para pagarlo), reducir a la mitad la cuota de autónomo en los pueblos (si el Estado lo tiene a bien), incrementar en un 150% las ayudas a la creación de empleo en esas comarcas desertizadas, bajar un 25% por ciento el recibo de la luz, menos impuestos hasta quitar el IVA para los productos de primera necesidad que se vendan allí aunque se les cobre íntegros a los de las ciudades… son algunas de las medidas contempladas y reclamadas. ¿Posibles o imposibles? ¿Probables o improbables?

Sabedores de la osadía del empeño, los GDR guadalajareños –que al menos piensan más y mejor que los CDR de la Catalunya insurrecta– ya están poniendo sobre el papel lo que cuesta ser de pueblo y vivir en el pueblo frente a los que son de pueblo y viven en la capital o en sus aledaños. El sobrecoste personal en la atención hospitalaria o en la Educación de los hijos más allá de la Primaria es real. Habrá que ver cómo echan las cuentas, cuando las presenten.

Nada que objetar a estas reclamaciones por el hecho de plantearlas, aunque habrá que ir viendo también cuáles son de justicia y dentro de estas, cuántas son viables y de qué manera, que es muy parecido a concretar a qué coste se consiguen y quién ha de pagarlas.

Por qué será que al final de todo, y también entre medias, siempre está el dinero… Y eso, como es bien sabido, cuando más se necesita, más escasea.