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10 abril 2024
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¿Hasta cuándo las mascarillas?

El Congreso de los Diputados ha aprobado una moción, acordada por Ciudadanos con el PSOE, que insta al Gobierno a suprimir la obligatoriedad del uso de las mascarillas en interiores "cuando así lo aconsejen la comunidad científica y las autoridades sanitarias". ¿Está cerca ese momento? Lo analizamos en este reportaje, al tiempo que nos asomamos a la pandemia en el mundo. Y hay mucho que contar.

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Era el pasado jueves, 31 de marzo, cuando el Congreso de los Diputados aprobaba una moción, acordada por Ciudadanos con el PSOE, que insta al Gobierno a suprimir la obligatoriedad del uso de las mascarillas en interiores «cuando así lo aconsejen la comunidad científica y las autoridades sanitarias». ¿Está cerca ese momento?

Lo cierto es que el partido naranja lleva meses insistiendo en poner fin al uso obligatorio de las mascarillas en espacios interiores. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, que hace sólo unos semanas hablaba de que esa medida llegaría «muy pronto», se escuda de nuevo en «los expertos» para retrasar la decisión.

La moción de Ciudadanos se votó con la incorporación de una enmienda del PSOE. Fue aprobada por 187 votos a favor, entre ellos los de los proponentes y Vox; 94 votos en contra, del PP y del PNV, y 63 abstenciones, de los diputados de Unidas Podemos y ERC, entre otros. Los dos socios del Gobierno, por tanto, votaban distinto. 

Discrepancias científicas

Mientras, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología y jefe del Servicio de Inmunología de Valdecilla, Marcos López Hoyos, no se ha mostrado especialmente entusiasmado con la idea. Este especialista considera que retirar la obligatoriedad de usar mascarilla en espacios interiores es «demasiado precoz» y recuerda que aún hay unas tasas de incidencia COVID «muy elevadas».

Recuerda que los valores epidemiológicos que se registran actualmente, en olas anteriores «no nos permitían casi ni salir de casa». Señala, además, que la próxima llegada de la Semana Santa aumentará la socialización y la relajación de las medidas de seguridad, lo que conlleva un posible aumento del número de casos.

Sin mascarilla en algunos aviones

La aerolínea Norwegian, que tuvo un gran auge en España hasta poco antes de la pandemia, ha anunciado que desde este lunes, 4 de abril, elimina el requisito de usar mascarillas faciales a bordo de todos sus vuelos. La compañía aérea explica esta decisión por la evolución de la pandemia la relajación de las restricciones en toda Europa.

Norwegian ha decidido eliminar el uso obligatorio de mascarillas a bordo, independientemente del aeropuerto de destino, debido a las nuevas flexibilizaciones de las restricciones en la mayoría de los países europeos. Aplicaba la exigencia de mascarilla desde el 17 de junio de 2020. Aquellos pasajeros que sigan deseando usar una mascarilla facial a bordo pueden seguir haciéndolo.

Las consecuencias psicológicas de la mascarilla

Tras tantos meses con este aditamento, ya hay quienes empiezan a analizar sus consecuencias para la personalidad de los individuos. Así, María Campo, profesora del Máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja, ha señalado cómo la mascarilla, impuesta como medida para evitar contagios, «para muchos ha servido de introversión» y en algunos adolescentes para sentirse «protegidos».

El 21 de mayo de 2020, en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se publicó una orden ministerial que establecía la obligatoriedad de las mascarillas. Ahora que se empiezan a retirar está empezando a aparecer lo que se ha denominado como ‘Síndrome de la cara vacía’.

Campo ha advertido de que «está afectando a la sociedad más de lo que creemos y, sobre todo, hay una población más vulnerable, y sensible a esto, que son los adolescentes, o los niños que generan un cambio importante».

«Porque, igual entre ellos no se han podido ver apenas, y de pronto, ver los cambios generados en ese crecimiento y muchos se meten dentro de sí mismos», ha señalado.

Así, «la mascarilla para muchos ha servido de introversión, se sienten protegidos, y al quitársela les cuesta más estar seguros ante ciertas personas y, por eso, está costando más gestionar emocionalmente esta situación en la adolescencia por la situación en la que están».

El uso de la mascarilla y su posterior retirada es una situación «nueva» que esta experta ha encuadrado dentro de una «falta de gestión emocional». Y es que «en realidad», ha concretado, «estamos hablando más de un estado emocional».

Esto es así, ha dicho, porque «para denominarlo trastorno necesitaríamos datos científicos que indiquen que esta sintomatología está asociada a ello y que va a generar unas dificultades más patológicas».

Se trata de algo que no pertenece al ámbito del pudor porque la cara es una «exposición natural». Así que «nadie esperábamos esto porque tampoco esperábamos estar tanto tiempo con ellas».

También demuestra cómo el ser humano tiene una capacidad de adaptación «mayor de lo que creemos» y «una vez que hemos hecho el esfuerzo de adaptarnos entramos en una forma de confort»; así que hay personas que «aunque la mascarilla sea incómoda generan esa adaptación».

Entonces, ahora, «tener que hacer el esfuerzo de salir de esa zona de confort, sobre todo, si tengo inseguridades o defectos que no acabo de asumir es una manera de protegerme», por ejemplo, «del miedo a si gustaré».

Para detectar si hay algún problema cuando un joven no se quiere quitar la mascarilla hay que poner, primero, el foco de atención en detectar si es un exceso de responsabilidad adquirida.

Si no es así, y evitan quitársela en el grupo de iguales o cuando no están en un entorno cómodo, habría que prestarle apoyo emocional y tratar esas inseguridades y ese miedo.

En este caso, la mascarilla ha podido servir como herramienta para darnos cuenta de que «no está tan bien como pensábamos» porque «todo sucede por una causa determinada» y, en este caso, «ya tenía esa falta de seguridad interna» y la mascarilla le ha servido como barrera.

Trabajadores en el interior de una fábrica radicada en China.
Trabajadores en el interior de una fábrica radicada en China.

En China, el COVID está peor que nunca

En estos días, China está viviendo la mayor oleada de casos de estos dos años de pandemia. ¿Puede afectarnos en España? Los expertos coinciden en que no, salvo que aparezca una variante nueva del SARS-CoV-2.

Matilde Cañelles López, inmunóloga y miembro del Instituto de Filosofía del CSIC, asegura que no es algo que pueda pasar en España porque su estrategia de lucha contra el coronavirus ha sido en estos dos años «muy distinta» a la seguida en los países europeos.

«Ellos se han centrado en que no hubiera transmisión del virus, en intentar cortar de raíz los contagios, y en que no haya transmisión comunitaria, lo que se llama ‘estrategia cero covid’. Hasta ahora les ha funcionado bien, pero han puesto más peso en cortar la transmisión que en las vacunas», reconoce.

De hecho, esta experta indica que la vacuna china «se ha demostrado que es una de las peores a efectos de parar contagios y enfermedad grave», algo que también ha influido en este sentido; al tiempo que recuerda que han ido apareciendo en estos dos años de pandemia diferentes variantes que han sabido frenar con esta estrategia cero covid, hasta que ha aparecido ómicron, una variante del SARS-CoV-2 que está haciendo estragos en su población, apenas vacunada, y que ni siquiera cuenta con las dos dosis de su vacuna.

«Que a ellos se les vaya de las manos no significa que nos vaya a pasar a nosotros porque la variante ómicron la hemos pasado, ha barrido Europa, y hemos visto que las vacunas han funcionado muy bien», insiste esta experta del CSIC.

Por su parte, el profesor José Manuel Bautista, uno de los líderes de CovidLot de la Universidad Complutense de Madrid, además de bioquímico y biólogo molecular, para explicar lo que está sucediendo en China incide en el aspecto de la inmunidad que poco a poco ha ido adquiriendo Europa con el paso de las diferentes variantes, frente al país asiático que ha decidido mantener esa estrategia de COVID cero, con confinamientos masivos al mínimo contagio detectado y con un control exhaustivo de la población con test.

«La población se ha ido contagiando progresivamente en diferentes zonas y muchos de estos contagios son asintomáticos o sintomáticos leves pero te hacen desarrollar una inmunidad por el contagio. Con la ayuda de las vacunas, que no evitan el contagio, pero sí que este sea menos duradero, y mantienen una circulación del virus más baja», agrega.

Así, este experto incide en que China al no contar con esa inmunidad natural, sumado a que sus vacunas basadas en virus atenuado «parece que no confieren tanta protección» ha favorecido ese aumento de los casos de infección por SARS-CoV-2.

También apunta que han ido cambiando las variantes del virus, y por ejemplo ahora, las más abundantes son la ómicron y la silenciosa, «altamente contagiosas, más que las originales», y donde hemos ido adquiriendo una inmunidad entre variantes que protege, mientras que allí al no haber estado expuestos no cuentan con ella.

A su vez, la catedrática de Inmunología África González, expresidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEI) coincide en que China optó por cerrar sus fronteras, algo que también hicieron Australia o Singapur, según advierte, y son países donde está sucediendo lo mismo que en China con el paso de ómicron.

«Lo que se ha visto es que si esta medida de cerrar fronteras no va asociada con unas amplias tasas de vacunación en la población, y además no se emplea la vacuna correcta como ha sucedido en China, al final el virus no conoce fronteras y es muy difícil pararlo», remarca.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, el doctor Marcos López Hoyos, indica que la información que se recibe de China, aunque no es completa, sí parece que en este país la vacunación no es tan masiva como lo ha sido en Europa.

Destaca igualmente que esta oleada masiva de casos chinos puede estar debida al tipo de vacuna que han empleado, «un pseudotipo de vacuna con virus inactivado, y con una respuesta no tan potente como la que ofrece la vacuna europea», de forma que esta inyección les ha protegido menos.

En su opinión, también habría que sumarle a esto la circulación de ómicron y de la variante silente, que nosotros ya hemos pasado, y que son tremendamente contagiosas. «China está así por un fallo en la campaña vacunal, no hay tantas personas vacunadas; ómicron no les estaba entrando por las medidas restrictivas y al entrar la variante ya tienen problemas, como sucedió aquí en Navidades», sostiene el inmunólogo.

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