La empresa L. Pernía, afincada en el polígono industrial de Albolleque, en Chiloeches, tiene un actividad peculiar: el deshidratado de subproductos agroindustriales. Se centran, fundamentalmente, en la industria cervecera, no en vano la planta de Mahou está a muy corta distancia de sus instalaciones. Lo que producen tiene como destino final la alimentación animal, además de innovar en su uso para la plantación de setas.

Se trata de una compañía familiar que desde su creación, hace más de 80 años, ha estado involucrada en procesos de reciclaje y reutilización de recursos.

L. Pernía es pionera en la recolección de subproductos de la industria cervecera, ayudando a las primeras cerveceras nacionales a hacer una gestión responsable de sus subproductos.

La cebadilla o bagazo de la cerveza es considerada una de las fuentes de proteínas más importantes en la industria ganadera, con un contenido proteico medio de un 24–26 % sobre materia seca, lo que hace rentable su aprovechamiento a partir de los residuos de la producción de la cerveza.

Los curiosos inicios del fundador de la empresa

De ello ya se dio cuenta en Santander Lucio Pernía, durante la Guerra Civil, cuando se dedicó a gestionar su propia vaquería. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de la efectividad de la cebadilla como alimento para su ganado y comenzó a recolectarla de las cerveceras locales.

Al terminar la contienda, emigró a Madrid y fue ahí donde creó su empresa de transportes que en un primer momento transportaba todo tipo de materiales. Rememorando su origen ganadero y las propiedades de la cebadilla como alimento para las vacas, decidió apostar por el transporte de cebadilla de cerveza, teniendo como primer cliente, precisamente, la fábrica de cerveza Hijos de C. Mahou ubicada en la Calle Amaniel, 29, en Madrid.

«Es un ejemplo de empresa que apuesta por la economía circular», ha dicho este lunes el vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, que ha visitado la planta que, además, es autosuficiente energéticamente a través de placas solares.

Crecimiento con ayudas públicas

La necesidad de ampliación del negocio llevó a la empresa a solicitar las ayudas al Fomento de la Calidad Alimentaria (FOCAL), concediéndose en la convocatoria de 2017 un total de 441.312 euros para la construcción de un secadero polivalente para el deshidratado del bagazo de la cerveza. Un año más tarde, le sería aprobada una nueva subvención de 192.381 euros para una nueva ampliación de los espacios y la instalación de paneles solares fotovoltaicos.

Martínez Guijarro ha conocido con detalle estas instalaciones este lunes, de la mano del director de la empresa, Alfonso Pérez.