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25 abril 2024
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Buena temperatura, buena cerveza… y mucho que ver, de castillo en castillo, en Flandes

Con los termómetros en ebullición por toda España, una medida inteligente es anotar Flandes para las vacaciones de este verano. Temperaturas más asumibles de día y de noche, cervezas de calidad, hermosos paisajes, ciudades encantadoras... y 1.500 castillos para dejarnos sorprender. Hemos seleccionado entre lo mejor de la mejor para los lectores de LA CRÓNICA. Este es el resultado.

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Veranear no tiene por qué ser sinónimo de perder la cabeza para enterrarla, como un avestruz, en la arena de una playa. Con la que está cayendo y lo que vendrá, con los termómetros al límite por el calor estival, una buena opción es ponerse a cubierto de la canícula. Es decir: mirar hacia al norte y poner una pica, una maleta, en Flandes. Esta región belga nos promete estancias agradables, en paisajes verde y con ciudades monumentales a tiro de piedra las unas de las otras. Pero hay más.

Flandes es una de las regiones de Europa con mayor densidad de castillos, Nosotros, en LA CRÓNICA, no los hemos contado, pero quienes saben de esto aseguran que hay más de 1.500 en este pequeño país. Demasiado interesante como para investigarlo.

Desde las ciudades flamencas, dadas las cortas distancias, es fácil llegar a los castillos de mayor relumbrón… y no sólo en coche. Es fácil y cómodo seguir las rutas ciclistas o de senderismo para descubrir estas joyas, que sorprenden por su variedad: hay castillos de todas las épocas.

Desde la Oficina de Turismo de Flandes aseguran que los visitantes pueden disfrutar de diferentes oportunidades en función del castillo visitado: desde la actividad contemplativa de su belleza hasta compartir momentos con sus propietarios, alojarse en alguno de ellos, disfrutar de comidas especiales, conocer sus colecciones de arte, asistir a eventos organizados allí y seguir atractivas rutas a pie o en bicicleta por la naturaleza que los rodea.

Puestos a elegir entre lo mucho disponible, una ruta que es un acierto seguro es la que enlaza Gante con Amberes.

Castillos a cual más interesante entre parques, jardines y las áreas naturales del Rivierpark Scheldevallei nos aguardan. Admiten una excursión de un día (si seleccionamos, por ejemplo, el castillo de Laarne desde Gante, o el castillo de Wissekerke desde Amberes) pero es preferible dedicarle varios días, comenzando por el Castillo Gravensteen en la confluencia de los ríos Leie y Lieve, en pleno centro de Gante, pasar luego por la ciudad fortificada de Dendermonde y acabando en el Steen, a orillas del Escalda, en el centro de Amberes.

Como es costumbre en nuestra sección de Ideas para Viajar, lo mejor será verlo con todo detalle:

Gante y su fortaleza

Gravensteen es la imponente fortaleza que cualquiera que haya visitado Gante se ha encontrado, sí o sí, en el centro de la ciudad donde nacio Carlos V. Es el único castillo medieval con foso que queda en Flandes con una fortificación prácticamente intacta.

Su historia se remonta a la época romana, como asentamiento a orillas del Leie; tras un breve paso de los vikingos, los Condes de Flandes reformaron la construcción de madera dotándolo de 12 torres.

A finales del siglo XVIII acabó convertido en complejo industrial de manufactura textil y a principios del s. XX, gracias entre otros a la Expo Universal de 1913, volvió a ser uno de los lugares de mayor interés de Gante.

Los visitantes del Gravensteen hoy en día pueden recorrer su interior acompañados de una entretenida audioguía, y descubrir desde lo alto de una de sus torres al mismísimo Jan van Eyck: “Retrato de hombre con turbante” es la obra mural que el artista español Taquen creó en 2020 dedicada al famoso Maestro Flamenco.

En pleno centro de Gante nos topamos con esta magnífica e inconfundible fortaleza. (Foto: VisitFlanders)

Castillo de Laarne

A 15 minutos de Gante se encuentra el Castillo de Laarne, uno de los más bellos castillos con foso de todo Flandes… y en la «ciudad de las brujas». Todavía existe un gremio de brujas en ella y también fabrica cerveza de brujas.

Su primera piedra fue colocada hace más de 700 años, A lo largo de los años, el castillo ha sido ampliamente reconstruido y, en el siglo XVII se convirtió en una noble residencia de verano.

Su interior alberga mobiliario excepcional, tapices y pinturas, y una colección de plata de renombre internacional.

Exposiciones, conciertos y eventos culturales tienen lugar aquí a lo largo del año.

Para  pasear, vale la pena acercarse a Kalkense Meersen, una hermosa parte del Parque Fluvial del Valle del Escalda, que alberga un sendero especialmente diseñado para los niños.


Castillo Marnix de Sainte Aldegonde

En un viejo brazo del Escalda se encuentra el castillo neogótico de Bornem. Su historia comienza hace más de 1000 años, y a lo largo de los siglos el dominio ha sido propiedad de importantes familias.

En 1586, Pedro Coloma, oficial del ejército español, compró el señorío de Bornem, reconstruyó las ruinas del castillo y construyó la abadía de Bornem. A finales del s XVII, Jean François Coloma, nieto de Pedro Coloma, fue nombrado primer conde de Bornem por el rey español Felipe IV.

La familia del actual propietario, el Conde John II de Marnix de Sainte Aldegonde, ha mantenido la propiedad desde 1773.

Actualmente el Conde abre su residencia al público. En ella destacan las habitaciones bellamente decoradas, pinturas históricas, colecciones de porcelana, pinturas en el techo y una colección única de grabados de Pieter Bruegel el Viejo.Completan la visita del Castillo Marnix de Sainte Aldegonde una impresionante colección de carruajes y centro de visitantes instalados en los antiguos almacenes.


Castillo d’Ursel

Durante cuatro siglos, el Castillo Hingene fue la residencia de verano de la familia noble d’Ursel. Actualmente tanto el castillo como el parque pertenecen a la provincia de Amberes, que lo ha restaurado.

A través de impresionantes puertas de acceso, el visitante entra en un remanso de paz en el que se entrecruzan senderos, elementos acuáticos, y extensiones para tomar un picnic admirando la vista del Castillo d’Ursel.

En la portería facilitan información de la historia del dominio, así como el paseo favorito del Conde en torno a 1900. Es el lugar también donde comienzan dos juegos de escape que permiten descubrir el parque de manera insólita. En el interior del castillo las paredes están cubiertas de papel chino y una colección única -no hay otra igual en ningún castillo europeo- de tejidos de algodón teñidos y estampados (chintz). El castillo se puede visitar durante eventos, conciertos y paseos guiados. Lo mejor es consultar la web para comprobar el calendario de apertura.

El estudio de pintura construido en 1878 por la Duquesa Antonine en una esquina del parque se ha reconvertido en una estilosa casa de vacaciones con varias habitaciones donde poder pernoctar con preciosas vistas sobre el parque.

Castillo d’Ursel. (Foto: VisitFlanders)

Castillo Wissekerke / Museo Vilain XIIII

En el siglo XIII, en el encantador pueblo entre polders de Bazel, un robusto castillo guardaba el valle del Escalda. El castillo Wissekerke fue construido posteriormente en ese mismo lugar, y durante más de 200 años fue residencia de la noble familia Vilain XIIII.

En el siglo XIX, el castillo fue renovado en estilo neogótico por el Vizconde Philippe y su consorte Zoé de Feltz, y obtuvo todo lo que un castillo necesita: una fachada imponente, una gran puerta de acceso, un bonito parque inglés con un puente suspendido, un jardín de vegetales con frutos exóticos.

Una reserva de agua se construyó en lo alto de la torre-palomar, bajo una bodega de hielo -algo ultramoderno en esa época anterior a los frigoríficos-. Para el interior la vizcondesa se inspiró en el estilo imperio, muy popular en la época de Napoleón, su amigo.

Tras una cuidada restauración, el castillo acaba de abrir sus puertas con una experiencia interactiva para conocer la historia de la familia, el origen de Bélgica, las tensiones entre católicos y liberales y su vínculo especial con Napoleón.


En Amberes, Het Steen

Situado a orillas del Escalda en Amberes, Het Steen es el punto de partida ideal para iniciar un recorrido por la ciudad. Incluye parte de la muralla más antigua de la ciudad, y sus primeras piedras datan del siglo XI.

A lo largo de los siglos ha cumplido muchas funciones y cambiado de forma. Mediante su reciente renovación, Het Steen es actualmente centro de visitantes, que a través de 11 salas narra la historia de la ciudad, sus barrios, museos y personajes célebres.

Desde su azotea se puede disfrutar de maravillosas vistas de la ciudad, el puerto y el río. Una tienda de productos locales completa la oferta.


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