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26 abril 2024
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Varios intoxicados por setas en Guadalajara, todos leves

Ya se ha atendido a personas por ingestión de setas tóxicas en Guadalajara. Afortunadamente, en lo que va de temporada todos los casos han sido calificados de leves. Mucho de lo que está saliendo no son níscalos, sino falsos níscalos. ¿Sabes distinguirlos?

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La temporada de setas en Guadalajara no ha alcanzado, ni de lejos, la proliferación de hongos de otros años. La escasez, que sólo se ha olvidado en parte en las últimas jornadas, ha traído consigo que muchos de los que salen al campo no quieran perder la ocasión y echen al cesto casi todo lo que encuentran. Y entre lo recogido, junto a lo bien conocido también van, a veces, variedades tóxicas.

Es lo que ha pasado con las personas que, en un número que no han querido precisar a este diario los responsables hospitalarios, han pasado por las Urgencias del Hospital de Guadalajara aquejadas de dolores gástricos, como consecuencia directa y más visible de la ingestión de setas equivocadas. Afortunadamente, en lo que va de temporada todos los casos han sido calificados de leves y quienes los han sufrido han podido pasar el trance como una anécdota. No siempre es así.

¿Cómo distinguir un falso níscalo?

La escasez en el campo ha provocado la alerta, en el sentido que indicamos, en la limítrofe provincia de Segovia. Allí, la Sociedad Micológica Segoviana ha subrayado que mucho de lo que está fructificando no son níscalos (Lactarius deliciosus) sino falsos níscalos (Lactarius chrysorrheus), que son tóxicos. Las ganas de no volver de vacío y el desconocimiento se juntan a veces, con malas consecuencias.

Los níscalos falsos se encuentran normalmente cerca de encinas, mientras que los auténticos son propios de los pinares, como bien saben los recolectores de Guadalajara, tanto los aficionados como los que expolian «profesionalmente» los montes del norte de la provincia.

Para distinguir unos de otros, hay que fijarse en detalles que van más allá del sombrero, puesto que esa parte del hongo es muy similar en el bueno y en el malo. Si miramos las láminas, en el níscalo ordinario las veremos naranjas, mientras que en el falso son más bien de un crema claro; el color del látex, que es el líquido que sale al romper la carne, también es naranja en el níscalo y crema o incluso amarillo en el falso.

Setas intervenidas en Cogolludo en noviembre de 2023. (Foto: Guardia Civil)

Pocas setas, pocos decomisos

Otra prueba de lo escasa que está siendo la temporada es la escasez de retiradas de níscalos recogidos ilegalmente. Trascendieron hace días algunos decomisos por parte de los agentes medioambientales y el pasado fin de semana fue la Guardia Civil la que dio buena cuenta de tres desaprensivos en la zona de Cogolludo.

Entre el sábado y el domingo se denunciaba a tres personas, con cargamentos de níscalos que sumaban un total de 135 kilos. Poco, muy poco todavía, si se compara con los años precedentes, cuando ni siquiera el COVID reducía la proliferación de seteros ilegales.


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