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28 septiembre 2024
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La Zona de Bajas Emisiones llegará con retraso a Guadalajara

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Resumen rápido de cómo viene la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Guadalajara: se empezará a aplicar en marzo, no el 1 de enero, como se había anunciado de forma reiterada; durante todo 2024 no habrá sanciones, sino sólo información de las eventuales «incorrecciones» de los conductores» y, lo más tangible, ya no se podrá aparcar gratis en superficie dentro de ese perímetro.

Ha sido José Luis Alguacil, el concejal responsable, quien ha comparecido este martes para detallar lo que habrá de pasar desde el ya inminente 2024 en las 70 hectáreas afectadas en el centro de la ciudad por unas restricciones de circulación que llegan impuestas desde la Unión Europea.

Para cumplir con ello, los actuales responsables resaltan que el anterior gobierno municipal «no redactó ni una línea de la ordenanza» a pesar de que los técnicos apremiaran a que se hiciera. Alguacil interpreta que esa omisión tuvo motivos «claramente preelectorales». En todo caso, la normativa local ahora sí redactada sigue fielmente la «ordenanza tipo» establecida por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

El edil del PP ha reiterado que hasta 2025 no habrá multas, sino sólo notificación a los conductores de lo que hacen bien o mal. A cambio de tanta molestia y de un gasto que ya es millonario para las arcas municipales «va a mejorar sustancialmente la contaminación, un 14% sobre lo actual», ha estimado, un balance todavía muy lejano del objetivo final de «emisiones cero».

Perímetro de la Zona de Bajas Emisiones de Guadalajara.
Perímetro de la Zona de Bajas Emisiones de Guadalajara.

¿Quién podrá pasar libremente?

Decenas y decenas de nuevas señales, cable de fibra óptica soterrado en una longitud «ingente», cámaras de control… todo eso está ya instalado. Pronto llegarán también los medidores de calidad del aire, que aún no han sido suministrados. El Ayuntamiento ha gastado, o invertido si se prefiere, más de un millón de euros en obra civil para la ZBE. Casi ochenta cámaras controlarán las calles de entrada y salida, proporcionando información a un complejo sistema informático que, se supone, facilitará una verificación en tiempo real de quién entra y quién sale y con qué autorización.

Los empadronados, los trabajadores, los dueños de negocios, taxis… todos ellos tendrán acceso libre incluso sin etiqueta, incluso a bordo por tanto de unos vehículos potencialmente más contaminantes que el resto.

Con las pegatinas de la DGT, que son casi universales, cualquiera podrá entrar dentro de la ZBE para estacionar. Aparcar, sí, pero ¿dónde? Necesariamente, en los parkings públicos o privados, en zona azul o en la zona roja de residentes, para quienes lo sean y paguen anualmente el «sello».

Dicho de otro modo, la zona blanca pasa definitivamente a la historia de la ciudad en su parte más antigua, pues el estacionamiento será de pago para el que no tenga esos derechos especiales, por residente o por otros conceptos.

Para atenuar los inconvenientes, habrá un cupo para invitados (10 invitaciones por mes y por vecino, con una vigencia de 24 horas y que habrán de ser solicitadas con una antelación mínima de un día). Se crearán además «listas blancas» con hasta 3 matrículas por alumno para el acceso de los coches en las entradas y salidas de los tres colegios con actividad dentro de la Zona de Bajas Emisiones.

Ante las más que previsible avalancha de dudas que habrá de surgir, el Ayuntamiento ha previsto un plan informativo, que consistirá esencialmente en la remisión de una carta. Se destaca, asimismo, que una persona atenderá en el Registro Municipal a todo el que lo necesite, para asesorarle de forma presencial. Otra forma de intentar confirmar lo que se permite y lo que se prohíbe será a través de una app, en la que a partir de la matrícula que se introduzca se facilitará información personalizada; se trata de una plataforma que no estará disponible hasta finales de febrero.

Nubes de tormenta la tarde del lunes, 12 de junio de 2023, sobre la avenida de Castilla, de Guadalajara. (Foto: La Crónic@)
Avenida de Castilla, una de tantas vías de intenso tráfico que quedan fuera de la regulación de la Zona de Bajas Emisiones de Guadalajara. (Foto: La Crónic@)

La DGT ha puesto pegas

En el período de alegaciones, se han presentado un total de 35, «que están siendo estudiadas por los técnicos municipales». Veinte de ellas procedían de la DGT; otras, de partidos políticos y las menos, de vecinos. El tiempo necesario para resolver esas alegaciones ha dado la excusa perfecta para retrasar la implantación de la ZBE. El texto definitivo se aprobará en el pleno de finales de febrero, lo que traslada hasta marzo el inicio de su aplicación.

¿Cuáles han sido las pegas de la DGT? El organismo dudaba que lo de permitir usar el llamado «Eje Cultural» desde Bejanque a la Plaza de España no fuera convertirse en un coladero. Desde el Ayuntamiento se ha establecido un lapso máximo de diez minutos para los coches que entren en ese tramo (y pasen bajo la cámara correspondiente) y hasta que lo abandonen, margen que debería ser suficiente incluso en condiciones de colapso circulatorio. Sin esa tolerancia, hay barrios enteros de Guadalajara cuyos conductores atascarían calles como La Carrera o el Paseo en su búsqueda de un camino para llegar a la Estación, por ejemplo.

La Dirección General de Tráfico ha mostrado reticencia también a la regulación de las entradas y salidas de los colegios del interior de la ZBE e incluso al tratamiento de las llamadas «zonas tensionadas», que son las que circunvalan la ZBE. Para este último aspecto, LA CRÓNICA ha podido confirmar que el Ayuntamiento prevé que se establezcan precios especiales, más baratos, para la zona azul en esas zonas fronterizas, como las del Barranco del Alamín, Plaza de España, Cardenal González de Mendoza, Paseo de las Cruces, La Carrera y Bejanque.


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